martes, 19 de agosto de 2008

"CIRCUNCISIÓN-BAUTISMO" V. Glez. Boto

Lectura: Epístola a los Colosenses 2.1-15

“Nadie os engañe, ni por filosofías y huecas sutilezas según las tradiciones de los hombres y no según Xto.” (v.9) “en Cristo - dice- habita la plenitud de la Deidad” y (v.10) “vosotros estáis completos en él”. Y sigue Pablo desarrollando la idea hasta llegar al punto en que inicia la comparación: CIRCUNCISIÓN-BAUTISMO.-

La primera, como señal externa (CIRCUNCISIÓN), que era concretamente efectuada a todo varón israelita a los 8 días de su nacimiento y a todo el que se quisiera agregar al pueblo de Israel para ser reconocido como israelita, como uno más en todos sus derechos y obligaciones.- Esa señal de identidad en su carne, era conocida por los pueblos que les rodeaban, al menos en los más cercanos, y marcaba la diferencia entre un hijo de Dios y un pagano.-
La circuncisión, no era algo banal y sin contenido, era la SEÑAL DE UN PACTO entre Dios y su siervo Abraham. Una señal que no actúa para nada por sí misma, sino en lo que representa: UN PACTO y de ahí Dios empieza a indicar a Abraham las condiciones del Pacto descritas en Génesis 17.-

Pasando al Nuevo Testamento, Pablo escribe a los Colosenses y les advierte de que ahora no se dejen llevar por los hermanos judaizantes, que quieren congraciarse con los judíos del lugar y a la vez ser cristianos. Quieren judaizar las formas externas, a fin de ser considerados como israelitas, y ésto les preocupa más, que agradar al Señor que los redimió.-

Las tradiciones son formas que están en nosotros tatuadas, por nuestras diferentes culturas y tradiciones, tanto en nuestra manera de vivir, como en nuestra forma de pensar e interpretar lo que oímos. Las tradiciones culturales ejercen de filtro, y nuestra sociedad nos las va cincelando en nuestra mente desde que nacemos y nos lo impone sin que nosotros siquiera nos percatemos. No percibimos su efecto, hasta que por la Palabra de Dios, recibimos el rayo fulgurante que penetra hasta los tuétanos de la conciencia, y nos despierta a la realidad de nuestra condición pecadora y transgresora, frente a la Gracia salvadora del Padre, que nos ofrece en Cristo Jesús. Ahí se establece la lucha en nuestro interior, entre lo que nosotros creíamos, y la VERDAD que es Cristo. El filtro empieza a ejercer su labor interna haciéndonos creer que se puede seguir viviendo en la dualidad de lo “viejo y lo “nuevo”; pero el Espíritu de Dios nos vence por su Palabra y desechamos lo “viejo” para entrar en lo “nuevo”: en la NUEVA VIDA en Cristo Jesús.-

Ahora la señal externa es el EL AGUA (el BAUTISMO). El agua es señal de limpieza, de purificación. Es un medio para limpiar de impurezas. Esta señal no deja huella externa en nuestra carne como aquella, sino que se efectúa en el interior del ser, en el corazón del hombre purificándole. Dice Pablo que esa es nuestra circuncisión: (v.11)En Él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; (v.12) sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él. Mediante la FE en el poder de Dios que le levantó de los muertos”.
Continuará...

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