viernes, 29 de octubre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 29 DE OCTUBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XII
“Pero tú amas la verdad en lo íntimo” (v.6a)
La confesión de su pecado ha enseñado a David a descubrir su origen y sus raíces. Desde el nacimiento, su vida entera ha sido impura, y esta idea le conduce otra vez a pensar en Dios como el Escudriñador del corazón, ante cuyos ojos esta corrupción interior le hace merecer el rechazo divino, aunque no irrumpa abiertamente en el exterior con actos pecaminosos. Siente que en su confesión de pecado y en su esfuerzo hacia la conversión, lo mismo que en su esperanza de misericordia, no debe perder de vista esto. Dios, con el que tiene que encararse, desea la verdad en lo íntimo. Para nosotros también es de gran importancia en nuestra oración pidiendo misericordia que no olvidemos este punto. Nos enseñará lecciones valiosas.
Dios desea la verdad en lo íntimo. Esta idea nos emplaza a la sinceridad y un santo temor en nuestro sentimiento de pecado. Por naturaleza corremos mucho riesgo de hacer más énfasis en las manifestaciones externas del pecado que en su raíz y su poder escondido. Cuando a consecuencia de nuestra crianza o por otras favorables circunstancias la vida exterior es impecable, muchos se lisonjean de que todo está bien en su corazón; o por lo menos de que, aunque tienen todavía muchos pecados, el corazón no es tan malo como se ha dicho. No se consideran impíos y enemigos de Dios. Cuando la Palabra de Dios usa estas expresiones no puede referirse a personas como ellos, se dicen. Si supieran cómo busca y escudriña Dios el corazón, pensarían de otra manera. El Santo Dios ve la corrupción interna del corazón; “No hay quien haga lo bueno”, no hay ni siquiera uno” Salmo 53.3 Dios requiere la verdad en lo íntimo. El servicio que recibe debe ser verdadero por completo, según su Santa ley. El amor de Dios debe llenar todo el corazón. Si falta algo, somos culpables y estamos condenados delante de Dios. El hecho que Él no puede contentarse con menos que la perfecta santidad es un pensamiento terrible para el alma que ha despertado. Dios desea la verdad en lo íntimo.
Esta idea debería preservar a muchos de una conversión superficial con la cual muchos se engañan a sí mismos. Cuando en un lecho de enfermedad, por ejemplo, hay ansiedad respecto al pecado y aparecen preguntas respecto a la gracia, el alma es al punto consolada. Los hombres no se dan cuenta que estos sentimientos pueden ser despertados ligeramente y luego con la misma facilidad adormecidos. Uno puede desear la ayuda de Dios sin estar preparado para abandonar ciertos pecados. El corazón es engañoso sobre todas las cosas. Por medio de una pía apariencia de religión las personas se engañan a sí mismas. Ojalá que el hombre pudiera comprender que Dios busca los escondrijos más recónditos del alma. Esta afirmación de David debería tener todo su poder y al mismo tiempo ser una palabra para sanidad y avivamiento.
Dios desea la verdad en lo íntimo. Esta idea da esperanza y consuelo en el camino de la conversión. Dios no aceptará nada menos del alma despertada; pero, nada más requerirá la gracia de Dios del penitente.- Continúa…

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