lunes, 3 de agosto de 2009

LA ALABANZA O CÁNTICOS DE LA IGLESIA ACTUAL

Un problema en las Iglesias hoy es, que toda celebración congregacional se centra en cultos donde, se cantan unos coritos, dirigidos por músicos sin preparación MUSICAL NI DOCTRINAL, se predica un mensaje basado en levantar los ánimos de los oyentes, procurando "regalarles el oído"pero sin que necesiten usar el discernimiento de lo que se les predica, y así, se pasan los años, y la congragación no necesita ni usar su Biblia.

Si presencia un culto y observa a su alrededor, se dará cuenta que el que lleva Biblia, apenas la sabe usar, además, se le dice desde el púlpito, que no se pare a eso, que no pierda la atención al predicador, que eso es lo importante que hay que oir sin perder ripia: LO QUE EL PROFETA DICE.-

La predicación está basada en un solo texto, entresacado de su contexto muchas veces y usado para afirmar algo que en la actualidad, no tiene a veces ni vigencia. Esta forma actual de enseñanza ¿qué mensaje bíblico va a impartir en sus cantos?: Cantos sin contenido, sin unción y saturado de INCONGRUENCIAS BÍBLICAS. Dice un refrán que: "De donde no hay, no se puede sacar" SI NO SE ENSEÑA LA PALABRA DE DIOS, ¿CÓMO VAN A CONTENER MENSAJE BÍBLICMANTE CORRECTO LOS CANTOS DE LA IGLESIA?

Habría que empezar por no admitir todo lo que surge y no dar paso a cantores y predicadores que no conocemos, ni tenemos referencia de que son creyentes siquiera. La Iglesia no puede admitir cualquier canto, como no puede admitir cualquier enseñanza o predicación. La Palabra de Dios exhorta a que "juzguemos" lo que escuchamos y que "probemos los espíritus". Si ya consta en la Biblia esta exhortación a la primera Iglesia del Nuevo Testamento, ¡imagínense a estas alturas, después de 20 siglos de recorrido....!

La Iglesia tiene que ser enseñada a "juzgar" y "probar" bíblicamente, todo lo que se le presenta desde los púlpitos como desde cualquier otro foro: predicaciones, enseñanzas, cantos, libros o en cualquier forma novedosa que se utilice aunque sea dentro de nuestras propias congregaciones. No debemos olvidar que nada es tan dañino al creyente como una doctrina tergiversada, mezclada con mentira y que se nos presenta bajo una "unción espiritual" que no es más que puro espejismo y su final es un desastre en la Iglesia del Señor.-

Los pastores se preocupan más de los juicios a su persona, que de los doctrinales dentro de su jurisdicción y eso, Dios no lo deja sin Su juicio severísimo, pues ponen Su gloria en detrimento y el Señor no lo deja sin revisar, aunque lo demore en el tiempo.-