lunes, 22 de febrero de 2010

JUICIO Y RECOMPENSA ANTE EL TRONO DE DIOS

JUICIO Y RECOMPENSA EN LA ETERNIDAD 22-02-2010

Es verdaderamente interesante esta enseñanza del mismo Jesús: “El siervo infiel” de Lucas 12; “Las minas de Lucas” 19; “Los talentos” de Mateo 25 y en forma directa y sin opción a interpretaciones caprichosas, el apóstol Pablo en su carta a la Iglesia en Corinto en el capítulo 3 les pone en claro que todos y cada uno de los que les pastoreaban eran 3“colaboradores de Dios, y vosotros labranza de Dios, edificio de Dios”. Ahí mismo les expone algo que hasta aquí no había expresado tan abiertamente: el resultado de haber puesto un 11”fundamento verdadero: Jesucristo” 12”Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”

13“La obra de cada uno será manifiesta” Nos lleva a la reflexión a todos los creyentes que no solamente hemos sido salvos, justificados, hechos hijos de Dios y por lo tanto coherederos con Cristo, sino que tenemos que tener muy presente cómo estamos “edificando” sobre el fundamento que está puesto.-

Se deduce claramente por todos estos textos, que nuestra vida, la cotidiana, como hijos de Dios tiene que pasar por un TRIBUNAL DE RECOMPENSAS y es en esa perspectiva que tenemos que saber estar a la altura que se nos requiere como tales. Dice más adelante 16”¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros 17Si alguno destruyere el templo de Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”.

Es verdad que el hombre es dado a “ganarse” los premios por su esfuerzo y abnegación con vistas a la recompensa que le sitúa por encima de otros. Creo que debido a este temor, en los púlpitos se hace poca mención a este tema no vaya a confundirse con las doctrinas del catolicismo y sus “bancos de indulgencias y méritos” que maneja el clero, lo cual es totalmente herético ya que nadie tiene esa potestad de “aplicación” y sabemos que solamente somos salvos por la FE y justificados por Su Gracia. Solo la “aplicación” de la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y nadie puede hacer nada por nosotros sino Aquel que dio su vida por todos.-

Esto es incuestionable, pero también existe un estimulante que nos induce a controlar nuestro proceder como hijos de Dios: La recompensa.-

Se dice en Hebreos 12 respecto a Jesús mismo como Hijo de Dios: 2”…el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio…” Es muy interesante que el mismo Hijo de Dios al estar como hombre cumpliendo su cometido y pasando por la condición de hombre con todas sus consecuencias, se nos indica que tuvo apoyo para soportar la cruz y le fue de estímulo el gozo puesto delante de él para menospreciar el oprobio o sea, lo que le esperaba al regresar a la diestra del Padre.-

Si el propio Hijo de Dios tuvo ese estímulo para llevar a cabo su Obra redentora, ¿por qué ponemos en tela de juicio que lo que se nos indica a tener en cuenta para gobernar nuestros actos bajo la disciplina bíblica la cual nos revela Su voluntad y los medios para lograrla, no nos sirva de estímulo a fin de vivir con la perspectiva de una RECOMPENSA?.

No debemos actuar bajo la idea de RECOMPENSA, sino que ésta pueda ejercer de freno para no hacer lo que para nada va a servir o permanecer en el JUICIO, sino como estímulo para vivir haciendo TESOROS EN LOS CIELOS como Jesús nos enseña.-

Un TESORO es algo de valor, algo consistente y en este caso nuestro TESORO incombustible es ETERNO.- V. Glez. Boto