viernes, 31 de diciembre de 2010

DEVOCIONALES-Ekman

ULTIMO DIA DEL AÑO
31-12-2002


“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de esas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana...Tú coronas el año con tus bienes y tus nubes destilan grosura”
Apoc. 22:16-17;Salmo 65:11



¡Mira atrás!¡ Ve todo lo maravilloso que el Señor ha hecho!. Suma todas sus bendiciones y te quedarás profundamente sorprendido. Naturalmente que ha habido problemas, ataques y desilusiones durante el año. Ya lo creo que ha habido áreas donde has fracasado e incluso caído.¡Bienvenido a la Humanidad! Pero tú vives, respiras y estás ahí, tú crees en Jesús y El cree en ti. ¡Mira hacia delante! Deja el pecado bajo la sangre de Jesús. Abandona las decepciones. Perdona a todos los que han hecho algo contra ti. Pídeles perdón y permítele a Dios perdonar y olvidar. Perdónate a ti mismo. No te rechaces más y recuerda que la Biblia dice que la aflicción mora en el pecho de los insensatos.-

¡Levántate!, ven al Señor y espera de El todo lo mejor para ti. Ahora nos espera un NUEVO AÑO con nueva gracia y nuevas posibilidades. Tendrás nuevas experiencias, conocerás nuevas personas y verás al Señor hacer milagros. Te harás más sensible y consecuente con la dirección del Espíritu. Escúchale ahora el último día del año y podrás oír lo que El dice a Su Iglesia. Oirás lo que la voz del Espíritu habla en tu interior respecto a nuevos planes, nuevas aventuras y nuevas oportunidades para la expansión del reino de Dios por medio de ti. Durante el próximo año Dios y tú como compañeros de Pacto. Vendréis juntos a realizar cosas importantes, revolucionarias y fundamentales que tendrán un gran significado para la vida y salvación de muchas personas.¡Permite a Dios que te tome de la mano y ponte en marcha!.

Una gloriosa aventura con Dios te está esperando.-





ORACION: Señor Jesús, ahora entró en este Nuevo Año contigo. Gracias por la aventura que me tienes preparada, será maravilloso el seguirte y servirte. En el nombre de Jesús AMEN

DEVOCIONALES-Ekman

EL BIEN EN TODOS LOS DIAS DE MI VIDA
30-12-2002


“Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.-Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”.-
Salmo 23:5-6




Dios es un buen Dios. El tiene buenos planes y buenos dones para ti. Ningún otro. El más que nadie te desea lo mejor. Él es tu mejor amigo. En el Salmo 23:5. Él te presenta una mesa aderezada con aceite y permite que tu vaso rebose. La mesa está lista y llena de todo lo que tú necesitas para vivir y disfrutar tanto de los dones como del Dador.-

El aceite da frescura a la cara después del cálido y tórrido desierto. Él es el Espíritu Santo que nos conforta y se realiza como un agradable y suave perfume celestial. La copa llena de vino, es gozo hasta rebosar. Todo esto nos da Él, en medio de nuestros enemigos. Los enemigos están ahí y no nos vemos libres de ellos, pero para su fastidio tienen que ver como Dios bendice a aquellos que le aman. Son los que le aman los que son bendecidos y confortados por Él, no los que son perfectos.-

El futuro descansa en las manos de Dios y esto no es poco. Pura bondad y gracia te acompañaran todos los días de tu vida. El Señor tiene verdaderamente planeada una vida maravillosa para ti, llena de bondad y misericordia especial para cada día. Él es tu ROCA firme. Su voluntad es tu protección. En Él, con Él y en sus rectos caminos hay todo lo que el ser humano haya podido llegar a imaginar alguna vez. Y después le espera una eternidad maravillosa donde moraremos en la casa del Señor eternalmente.-




ORACION: Gracias Padre celestial porque Tu has planificado un maravilloso futuro y una vida gloriosa por tu bondad y misericordia.- Ahora Señor me elevo hacia Ti en fe para alcanzar todo lo bueno que quieres darme y quieres hacer por mí.-En el nombre de Jesús ¡AMEN!.-

lunes, 27 de diciembre de 2010

DEVOCIONALES-Ekman

LOS PENSAMIENTOS DE JOSÉ



“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados”.-
Mateo 1:19-21



José tuvo que recibir un shock. ¿Quién iba a creer que María su prometida, estaba embarazada sin intervención de varón? ¡Nadie podía creerlo! ¿Lo podía creer él? Apenas.- María debió ponerse histérica y trató de huir de todo tratando de ser “súper espiritual”. Se comentaba por la ciudad de que un soldado romano, la había visitado, José no sabía qué debería hacer, sino que calladamente pensaba librarse de su compromiso y tal vez en secreto ayudar a María a viajar a otra provincia y que diera a luz allí. Pero se le aparece un ángel. Los ángeles son mensajeros celestiales y un mensaje, una revelación venida del cielo, cambia todo en el mundo. El no entendió nada, pero escuchó lo que el ángel dijo y nació en él la misma FE que en María.

Esto fue el cumplimiento de la profecía de que una virgen concebiría y daría a luz un hijo. Era realmente obra de Dios. El niño, en el vientre de María había surgido por medio del Espíritu Santo. El niño salvaría a Su pueblo de sus pecados. Es el Mesías que había de venir. Ya antes de nacer, estaba claro el ministerio que llevaría a cabo. No viene a librar a Israel de sus enemigos u opresores, sino a salvar a Israel de sus pecados. Desde que Israel existe, tiene Jesús este cometido y vino para cumplirlo, no solamente para los gentiles sino también para su propio pueblo. Aún José creyó la palabra que recibió. Obedeció y llamó al niño: JESÚS.-



ORACIÓN: Padre, Tú te compadeces de todas las dudas. Tú ordenaste los pensamientos de José, cavilaciones depresivas o preocupaciones y todo lo que se ve como catastrófico, Tú realizas un milagro. Gracias por Tu capacidad de cambiar todo para que Tu plan pueda realizarse. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
U. Ekman

DEVOCIONALES-Ekman

HACIA BELÉN




Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria, e iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.-Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.-

Lucas 2:2-5



El César Augusto en Roma, no tenía idea de que sería él quien diera cumplimiento a la Palabra de Dios. Ni tampoco podía saber que por su Censo para el cobro de los impuestos a sus subordinados- ayudó a que el Mesías naciera en el tiempo determinado y en el lugar preciso. Augusto no comprendía tampoco que una revolución había dado comienzo y que poco a poco cambiaría totalmente todo su poderoso imperio romano. Y que al final así sucedió. Por causa del Censo Tributario fue obligado el apenado José y la cansada y embarazada María a realizar tan largo viaje hasta Betlehem.-

La ruta tal vez fue por el valle del Jordán atravesando Jericó y por el penoso y montañoso camino hacia Jerusalem y por último a Betlehem situada al sur de Jerusalem. Seguro que no caminaban solos. Por todas partes la gente iba caminando hacia su lugar de nacimiento para inscribirse en el Censo Tributario. Es posible que nadie se apercibió de esta pareja. No había nada de especial en ellos y a la vez llevaban sobre ellos lo más grande de todo, el MEDIO para la salvación de la humanidad.-

Una vez me regalaron una pintura de un artista. Se ve en el lienzo un gran árbol y casi imperceptible se ve una pareja andando hacia delante: María y José y un asna. El título del cuadro dice:”Ver lo pequeño en lo grande, y lo grande en lo pequeño”. Muchos nunca vieron lo grande en aquella pareja. Cuando realmente llegaron a Betlehem no había lugar para ellos en ninguna posada o mesón. Rendidos de cansancio pudieron pasar la noche en un establo. En medio de la contrariedad, pequeñez, pobreza y desprecio, vino la riqueza más grande: la SALVACION POR CRISTO JESUS.-



ORACION: Gracias Padre porque Tú obras en medio de las contrariedades, aún en lo más adverso y dificultoso de forma que tu buena voluntad se cumpla y el mundo es bendecido por ello. En el nombre de Jesús.-AMEN

DEVOCIONALES-Ekman

EL SI DE MARÍA




Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elizabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.-

Lucas 1:34-38

¡María dijo SI! Pero puedo haber dicho NO.-
Ella quedó subyugada por el ángel, por su majestuosidad, por el mensaje, por las enormes consecuencias, por lo incomprensible y absurdo. A pesar de todo ella dijo SI.-

El Espíritu Santo vendría sobre ella. Ella era una mujer virgen e Isaías 7:14 iba a cumplirse:”He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel”. El de una forma especial venía a ser el Hijo del Altísimo. El es el VERBO, “ logos” que iba a tener su morada entre nosotros. El es Hijo eternalmente que ahora por medio del Espíritu se une a la naturaleza humana. Ahora el Hijo de Dios viene a ser el dioshombre: Cristo Jesús que ostenta en sí mismo las dos naturalezas la divina y la humana. ¿ Cómo sucede ésto?. Nadie lo sabe. Y tampoco es necesario saberlo, aún así se comprende. Y lo que uno en su corazón comprende admira y adora. El pequeño embrión, el pequeño niño pero en continuo desarrollo en el vientre de María era DIOS venido en carne.-

El es cien por cien Dios y a la vez cien por cien hombre. El es Dios de Dios... El es nacido, pero no creado. El es de la misma naturaleza del Padre.- En eternidad y tiempo, perfección y limitación. Cómo se realiza esta unión de Dios y hombre no lo sabemos. A pesar de ello sucedió por causa de nuestra SALVACION y esto tan sumamente importante, incomprensible y milagroso, aconteció en una mujer virgen sin intervención humana porque María en lo profundo de su corazón dijo SI.



ORACION: Padre celestial: gracias porque María dijo SI.- Ella dejó que se hiciera en ella conforme a Tu palabra.- Permite que mi vida sea conforme a Tu palabra.- En el nombre de Jesús AMEN

DEVOCIONALES-Ekman

AL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO



“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fín de que recibiésemos la adopción de hijos.- Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama; ¡Abba Padre!.- Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.-Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;”
Gálatas 4:4-8



Dios tiene un tiempo para todo. El tiempo es como una vasija que se llena de agua. Cuando la vasija está llena se coloca a un lado y se pone otra delante. Cuando el tiempo estaba cumplido Dios envió a Su Hijo. Antes de que el tiempo se cumpliera le precedió un largo período de preparación. Va desde Adam y Eva, donde Dios prometió que alguien de la simiente de Eva aplastaría la cabeza de la serpiente (Génesis 3:15) Esta simiente fué la simiente de Abraham al que Dios se lo prometió. Esta simiente era también Hijo de David de la tribu de Judá. Los profetas hablaron de El. El no solamente es el Rey que viene en Su gloria y restaura el trono de David, y el sufriente siervo del Señor que viene a sufrir, toma sobre Si nuestro pecado y enfermedades y muere en nuestro lugar. Tenía que nacer en Belén. Vendría montado sobre un asno por Jerusalén. El sería el Hijo del Hombre que heredaba un reino eterno donde Dios tomaría cuenta de Su pueblo.-

Profeta tras profeta, iban descubriendo diferentes cosas del Mesías como persona, función y advenimiento. Nacería de una virgen, dijo Isaías. Huiría a Egipto dijo Oseas. Sería un Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec dijo el salmista en el Salmo 110.-Cuando la imagen profética del Antiguo Testamento fue clara, los profetas callaron. Durante algunos cientos de años en su lugar, comenzó una preparación social, cultural y política que al final se completa en el tiempo en que Augusto era el César de Roma, Cirenio gobernador de Siria y Herodes rey de Judea. Por fin estaba todo ese largo preparativo concluido, Dios envía a Su Hijo. El Verbo se hizo carne y tomó su habitación entre nosotros.-

ORACION: Padre, cuando Tú quieres hacer algo sin precedente Tú lo preparas muy meticulosamente.- Gracias porque Tú haces todo en su justo momento y cuando Tú das, das lo mejor.- En el nombre de Jesús ¡AMEN!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 23 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXIII
Continuación…
Muchos están contentos pensando que han hecho lo mejor que han podido para servir a Dios como asunto de deber. Con una fe viva no es así. El que cree verdaderamente pondrá a punto no sólo la leña e inmolará la víctima, sino que anhelará que descienda el fuego del cielo para consumir el sacrificio; desea tener una muestra decisiva, la luz del rostro de Dios, una prueba de que el sacrificio le agrada y le es aceptable. No vive en temor ante una religión autoimpuesta, y no busca meramente servir a Dios con todo el fervor que Él ordena, sino que desea conocer en toda ocasión que Dios se deleita en sus sacrificios. Y por medio del ejercicio secreto y bienaventurado de la comunión con el Sumo Sacerdote en el cielo, que el Espíritu Santo mantiene en una interacción viva con nuestro espíritu, esto es realmente concedido a cada uno que posee una fe semejante. El creyente aprensivo puede saber que Dios se ha complacido en su sacrificio.
La oración de David nos enseña además que cuando Dos se deleita así en los sacrificios de justicia, Su pueblo también se deleita en ellos. “Entonces te agradarán los sacrificios…ofrecerán becerros sobre tu altar”. Sí, es fácil concebir que nada incitará más poderosamente al servicio abundante y gozoso que la bendita certeza de que Dios se deleita en ellos. Muchos aprenden por experiencia a testificar que lo que les desanima a buscar al Señor es que no saben si la búsqueda fue aceptable, si Dios se agradó de ella. Por otra parte, cuando sabemos que Dios se deleita en nuestros esfuerzos y que cada sacrificio es gozo para Él, nuestro corazón se enardece y cobra aliento para el deber y el sacrificio mismo es un gozo y un deleite. Sí, el secreto de la verdadera religión, de una entrega personal gozosa y de una perfecta obediencia, es el gozo de la seguridad de que Dios se deleita en nuestros sacrificios.”Entonces ofreceremos becerros sobre tu altar”.
Será un momento glorioso cuando a la luz del rostro de Dios, su pueblo, gozosos y deseosos se consagren totalmente a Él. Que este pensamiento nos inspire a orar con mayor fervor: “Haz bien con tu benevolencia a Sión; reedifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y ofrendas enteras, entonces ofrecerán becerros sobre tu altar” Y que cada vez que oremos “Ten piedad de mí, oh Dios mío” y cada vez que experimentemos la respuesta, nos corrobore en la confianza de que nuestro Dios hará bien con su benevolencia a Sión, y que el tiempo está muy cerca en que su gran congregación llevará el nombre de HEFZI-BÁ: Jehová tiene deleite en ella. Isaías 62.4
F I N
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Isaías 62.4: “Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá (Esto es. Mi deleite está en ella), y tu tierra, Beula; (Esto es, Desposada), porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada”

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 22 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXIII
Continuación…
Pero, David ahora entiende por el mismo Espíritu que le había manifestado la sabiduría escondida de la porción previa de este Salmo que, una vez Sión fuera visitado de nuevo por Dios, y Dios le manifestara benevolencia, tendría de nuevo deleite en los sacrificios de justicia.
Aquí se nos enseñan lecciones muy importantes. Vemos, ante todo, que el valor de nuestra religiosidad depende totalmente de nuestra relación con Dios. El mismo Salmo que dice:”No quieres sacrificio” dice más adelante: “Entonces te agradarán los sacrificios de justicia”. En el intervalo que separa estas dos afirmaciones ha tenido lugar un cambio transcendental. El pecado ha sido expiado, la benevolencia de Dios descansa ahora sobre Sión, y los sacrificios le son aceptables a Dios. Dios puede ahora tener placer en ellos, porque los sacrificios ya no son traídos para expiar la injusticia o para satisfacción propia del que los ofrece, sino como símbolo de la consagración y acción de gracias de las personas justificadas. Esto nos enseña algo de la mayor importancia en nuestra comunión con Dios; es decir, que el valor de todas nuestras obras se define por nuestra relación con Dios. Si no estamos reconciliados con Dios, si no hemos recibido todavía la expiación y perdón de los pecados en Jesucristo, entonces nuestras mejores obras no pueden agradar a Dios. Si por otra parte, hemos pasado a ser hijos de Dios, y nuestras relaciones con Él son como deben ser, entonces se deleita en nuestro servicio y nuestras obras, y estas le son agradables. De aquí que David diga: “No quieres sacrificio”, pero luego: “Te agradarán los sacrificios de justicia”; tal como en las palabras de Pablo, leemos primero: “no por obras”, pero luego claramente:”creados en Cristo Jesús para buenas obras” Efesios 2.9-10 –“9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”-. Las mismas obras que antes de la fe eran rechazadas, después de la fe y a causa de ella, son servicio aceptable a Dios.
Así que aprendemos, además que en toda nuestra actividad religiosa, la gran pregunta debe ser si el Señor se agrada en ello, o si nuestras obras son aceptables para Él. El que Caín presentara un sacrificio no le sirvió de mucho: Dios no miró favorablemente su sacrificio. Importa poco que seamos sinceros y celosos en religión. Lo que cuenta es si Él se deleita en nosotros y en nuestros sacrificios.
No es cuanto oramos y lo que hacemos lo que nos va a traer bendición, sino el hecho de que Dios acepte nuestra oración y nuestro obrar y envíe su respuesta.- Continúa…

martes, 21 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 21 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXII
Continuación…
El que realmente conoce la gracia de Dios y ha tratado de entender lo que son su plan y su benevolencia con respecto a la ciudad que ha preparado para su habitación, considerará con certeza, cuán apropiada y necesaria es esta oración e nuestros días. Cuán poco exhibe Sión, la ciudad de Dios, la morada del Altísimo, el esplendor de la nueva Jerusalén que Juan vio descender del cielo (Apocalipsis 21.10). En medio de trabajos y conflictos, desilusiones e incontables obstáculos, cada día van siendo llevadas nuevas piedras, y las murallas crecen poco a poco. Hay necesidad de más oración, sincera y apremiante:”Reedifica los muros de Jerusalén”. Si has probado algo de la gracia de Dios como se expresa en este Salmo, haz esta oración tuya. En vista del descenso en la vida espiritual del pueblo de Dios y su fracaso en el crecimiento en la gracia, en vista de la furia creciente de los ataques de la incredulidad y la mundanalidad, en vista de las necesidades de los millones que conocen al Señor todavía, te ruego que dejes que la gracia te entusiasme para que ores con persistencia: “Haz bien con tu benevolencia a Sión; reedifica los muros de Jerusalén”
CAPÍTULO XXXIII
“Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y ofrendas enteras; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar” (v.19).
Cuando Dios en su benevolencia haga bien a Sión y reconstruya los muros de Jerusalén vendrá un período glorioso para la ciudad y para el pueblo de Dios. Entonces, dijo David, te agradarán los sacrificios de justicia que sean presentados ante ti, y entonces se deleitará el pueblo en ofrecerlos ante su altar. En el versículo 16 había dicho “No quieres sacrificio”. En esta afirmación encontramos una prueba de la penetración espiritual de David que había visto la insuficiencia de los sacrificios del pacto antiguo. Dios no podía deleitarse en las ofrendas como tales, esto es, como actos humanos. Además había la mucha injusticia que los sacrificios no podían quitar y la mucha arrogancia que encontraba su base y estímulo en ellos. Dios se había preparado algo superior en todos sentidos, es decir, la verdadera obediencia y sacrificio del todo suficiente de su Hijo: Salmo 40.7-8 “Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” y Hebreos 10.5-10 “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, más me preparaste cuerpo.6Holocausto y expiaciones por el pecado no te agradaron.7Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí 8diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la Ley), 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último 10En esta voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. Continúa…

lunes, 20 de diciembre de 2010

COMENTARIO A LAS MEDITACIONES. V. Glez.

La de hoy es preciosa y me recuerda mi juventud en la Iglesia en los cultos de oración de rodillas cada uno pidiendo al Señor por sí y por los demás hermanos y para que muchos fueran atraídos a la cruz para ser salvos. Cada uno rompía su corazón delante del Señor sabiendo que Él nos escuchaba y contestaba obrando en situaciones difíciles de cada hermano que se transformaba en testimonios para la gloria de Dios y aumente de la fe y confianza en Dios de cada uno de nosotros. Esto está faltando hoy en las Iglesias y lo suplen con canciones y pasatiempos, cuando debería existir un clamor por lo que el mundo está pasando que como nunca el mal crece y la angustia de los pueblos del mundo entero es una evidencia conocida por todos. Es como que es tánto, que ya no nos afecta lo que oímos, pero la angustia de las vidas es horrible y no hay donde encontrar refugio porque ya abarca al planeta el mal y los desastres.
Oemos y clamemos al Señor por nosotros y por Su pueblo.
Un abrazo. Victoria

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 20 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXII
Continuación…
Él está preparado a escucharnos, y si se lo pedimos con urgencia, nos concederá bendición, Por esto se ve que, tan pronto como hay muchos en la congregación que por experiencia propia aprenden o entienden la gracia de Dios tal como se muestra en este Salmo, la reunión de oración da pronto evidencia del uso creciente hecho de la petición: “Haz bien con tu benevolencia a Sión”.
Sin embargo no es meramente la experiencia de la gracia de Dios en la liberación del pecado personal que mueve a los creyentes a la oración intercesora. Hay aún algo más. David se sentía uno con los suyos y, temiendo que su pecado hubiera podido ofender a la ciudad entera, rogaba que estas perniciosas consecuencias fueran evitadas. Y así es con cada verdadero suplicante. Dándose cuenta del terrible poder del pecado para causar infección y desolación mucho más lejos de la esfera en que tiene su origen, el intercesor ruega a Dios que ponga de lado su maldad y a pesar de su pecado, haga bien a Sión de acuerdo con su benevolencia.
“Haz bien con tu benevolencia a Sión”. El que haya intercesores que le rueguen que haga bien a Sión, causa placer a Dios. Como en la oración de la gracia, el salmista apela a la benignidad y la grandeza de la compasión de Dios; aquí también se dirige a la benevolencia de Dios para Su pueblo. No tiene por qué convencer a Dios a favor suyo, ni tiene que despertar una disposición en Dios que no se halla en Él. No, es porque conoce el ánimo de Dios que tiene poder y ánimo de orar. No deberíamos olvidarnos de esto. Nuestro argumento más fuerte en la oración es el ser y el corazón de Dios. Cuanto más nos damos cuenta de lo que Dios nos ha revelado respecto a sus sentimientos para Su pueblo, sus propósitos y promesas, más poder sentimos para orar. La benevolencia de Dios hacia Sión es la base de nuestra esperanza, la medida de nuestras expectativas y la fuerza de nuestra seguridad de fe. Si nuestras almas estuvieran más poseídas de esta convicción, ¡cuán plenamente nos sentiríamos animados por el maravilloso pensamiento de que Dios en su benevolencia escuchará nuestras pobres oraciones y actuará según ellas! Por ello oraríamos: “Haz bien… a Sión”.
La fe en la dilatada bondad del gran Dios se expresa en las palabras: “Reedifica los muros de Jerusalén” Esta petición incluye “construir” donde las murallas no estaban aún completas; reedificar, donde habían sido derribadas por los ataques hostiles y ampliar donde resultan demasiado estrechas para el número creciente de habitantes. Esta fe incluye oración para el crecimiento espiritual y progreso de la congregación del Señor, para el mantenimiento de la autoridad de Dios y la verdad, por encima de los poderes extraños de la incredulidad y del mundo y para la extensión del Reino de Dios mediante la adición al redil de todos lo que aún no le conocen.- Continúa

domingo, 19 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 19 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
Continuación…
Y esto es válido también en la última forma de servicio, a saber, en el gloriarse gozosamente en la justicia de Dios y en la proclamación de su alabanza. No hay nada en tu obra para los otros que te permita encontrar gracia y tener influencia ante Dios y el hombre, como la posesión de un espíritu contrito, que es de gran precio a la vista de Dios: “Al corazón contrito y humillado, no lo desprecias tú, oh Dios”.
CAPÍTULO XXXII
“Haz bien con tu benevolencia a Sión; reedifica los muros de Jerusalén” (v. 18)
El salmista había empezado con una oración pidiendo gracia para sí mismo, pero no puede parar con esto, sin embargo. La bendita experiencia de lo que es la gracia, tal como se le muestra a él en esta oración, le hace pensar no sólo en los transgresores a quienes va a enseñar, sino en todos los que participan con él de esta gracia, es decir, el pueblo de Dios. Para éstos derrama también su corazón y no puede olvidar la ciudad de Dios. Este es uno de los elementos esenciales de la verdadera oración y una de las principales características del que verdaderamente ora. El verdadero suplicante es también un intercesor. Ojalá que prestáramos atención a esta importante lección que se nos enseña en estas últimas palabras del Salmo.
En primer lugar, los verdaderos intercesores para la Iglesia de Dios son aquellos que han aprendido primero a orar por ellos mismos. La necesidad personal es la escuela en la cual se crían los verdaderos intercesores. El secreto de la intercesión confiada se aprende en la confesión de los pecados personales, en el conflicto por asegurarse la participación personal en la gracia de Dios. Hay muchos que en la iglesia y en la reunión de oración, ruegan para ellos y para otros juntamente, y a pesar de ello conocen muy poco a Dios en relación con la petición: ”Lávame de mi pecado” Estos conocen todavía muy poco de la verdadera oración. El pecador debe primero sentir como si é fuera el único cuyos problemas está tratando con Dios; tiene que aprender a tratar con Dios de sí mismo solo. Luego aprenderá a entender la gracia de Dios y sabrá rogar pidiendo bendición a favor de otra gente al Señor. Entonces obtendrá no solo valor para hablar a Dios de sus prójimos, sino que se deleitará en la obra; entonces, también, sentirá que tiene poder para hablar y pedir a Dios a favor de sus prójimos.
Los que han aprendido a orar para sí se transforman en intercesores de su propio acuerdo. La gracia no busca nada para uno mismo. El amor de Dios que rebosa del corazón genera amor al pueblo de Dios y a la Iglesia. Esto era verdad de los antiguos que servían a Dios. Pensemos, por ejemplo, en las oraciones de Esdras y de Daniel (Esdras 9, Nehemías 9 y Daniel 9) y de la manera en que el convertido Saulo de Tarso llevaba las congregaciones de Dios en su corazón. Es por esta razón que a los que oran se les llama guardas sobre los muros de Jerusalén (Isaías 62.6). Es parte del maravilloso honor de la gracia que Dios concede, que Dios nos hace colaboradores suyos, y que nos usa para despertar no sólo a los hombres sino a Él mismo.-Continúa…

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 18 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SAMO 51 por Andrew Murray

CAPÍTULO XXXI
Continuación….
Le recuerda que el Señor nunca encuentra tanto deleite en nada como en el sentimiento de pobreza y humillación que hace inclinar al alma. Esta actitud hace que el corazón pueda recibir y apreciar debidamente la maravillosa gracia de Dios. Enseña a dirigir la mirada más allá de uno mismo y buscarlo todo sólo en Dios y darle sólo gloria a Él. Hacia este creyente Dios se inclina con ternura inefable y deleite para cumplirle las innumerables promesas de su Palabra. Lee las grandes palabras de Isaías sobre este punto: Isaías 57.15; 66.1 “ 15Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” “ 1Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?”, y comprende que no hay lugar en todo el mundo en que el santo Dios, cuando desciende de su gloria, asiente su trono más satisfecho que en el espíritu contrito. Es por esto que El dedica tanta tarea al cultivo del corazón de sus hijos. Por medio de la ley y del sentimiento de culpa, por la experiencia del pecado y la invalidez, por las muchas adversidades y opresiones, por las operaciones del Espíritu y las revelaciones de la gracia –todo esto y mucho más- es usado por Él para prepararnos a que le ofrezcamos el sacrificio que siempre es de su agrado.
Este versículo nos enseña además a comprender por qué es precisamente en el corazón quebrantado y el espíritu contrito que se manifiesta principalmente la libertad y la alegría de la vida de la gracia. Esto parece ciertamente una contradicción. Es una contradicción para la naturaleza, pero no lo es para la gracia. Los pensamientos de Dios no son como nuestros pensamientos, y cuanto más nos apropiamos y aplicamos sus pensamientos y su Palabra por medio del Espíritu, tanto más experimentamos lo íntimamente que están unidas nuestra profunda miseria y la gracia de Dios, y que Su vida, sólo puede ser revelada en nuestra muerte, que Su poder sólo puede mostrarse en nuestra debilidad, Su consuelo en nuestra pena, Su ayuda en nuestra invalidez, Su socorro en nuestra opresión, y Su amor en nuestra contrición. Y también experimentamos que cuanto más morimos a nosotros mismos y nos entregamos a la disciplina de Su Espíritu, más consciencia tenemos del placer de Dios y de su proximidad a nuestro corazón.
Si te sientes inclinado a orar:”Ten piedad de mí, oh Dios,” no olvides que este versículo está íntimamente ligado con esto. Es una afirmación que indica ansiedad, pero es también una palabra de consuelo. En la confesión de pecado, en la prosecución de la santidad, en la consagración agradecida a alabar a Dios y darlo a conocer a otros, el valor de esta verdad se siente por todas partes: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado”.- Continúa…

viernes, 17 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 17 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXI
“Sacrificio es para Dios un espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no lo desprecias Tú, oh, Dios” (v. 17)
En el principio del Salmo, David tenía el espíritu quebrantado, debido a la profunda consciencia de su culpa. Hemos visto en su oración que un espíritu contrito es una marca segura de un alma penitente en busca de gracia. En el curso del Salmo, sin embargo, el tono ha ido cambiando: va entrando en temas de gozo y alegría y da promesas y habla de valor y firmeza. Podría uno imaginarse por este cambio que es apropiado tener un corazón quebrantado cuando la gracia ha empezado su obra, pero no más tarde, cuando la gracia ya ha hecho su trabajo, pero no es éste el caso. Incluso durante la vida de gracia, desde el principio al final, la actitud que agrada a Dios especialmente es la que se expresa con la frase:”El corazón contrito y humillado”. Esta es una característica inconfundible y permanente de la vida de acción de gracias, de la cual el Espíritu del Señor quiere que tengamos experiencia:”Los sacrificios de Dios son un espíritu quebrantado”.
Esta afirmación nos enseña que el espíritu quebrantado será en el creyente una prueba de gracia. Dios puede olvidar el pecado, según su promesa; el creyente no lo olvida. El sentido de lo que significa ser un pecador no es superficial y transitorio. Es algo que no se borra tan fácilmente. ¡No! Porque la persona debería continuar dándose cuenta siempre de quién es y cuál es su deuda a la gracia, si es que ha de mantener y gozar la relación apropiada con Dios. Es como dijo el Señor al redimido pueblo de Israel: “Yo estableceré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy Jehová; para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras boca, a causa de tu vergüenza; cuando yo te haya perdonado todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová” Ezequiel 16.62-63.
No es sólo la ley y el sentimiento de culpa, sino especialmente el poder de la gracia y el amor que perdona, que serán los medios por los cuales el alma, a medida que transcurre el tiempo, se humilla más y más ante Dios. A veces, la prueba más gloriosa de la bondad de Dios abrumará al creyente y le hará permanecer contrito en la consciencia de su propia invalidez.
Este versículo nos enseña también el deleite que Dios tiene en esta actitud espiritual. Dios no se deleita en sacrificios, ni da valor de los mayores sacrificios externos que se le presentan. Su sacrificio es un espíritu quebrantado. Es en el interior de la persona, que Él mira. Es en espíritu y verdad que quiere que le adoren. El sacrificio que desea es un sacrificio vivo espiritual. Y si el que busca salvación, o ya ha hallado la gracia, siente que tiene tan poco que ofrecer al Señor de lo que ÉL desea y requiere razonablemente: amor, celo, entrega personal voluntaria, acción de gracias ferviente, en esta crisis presente, el versículo le ofrece un consuelo inmenso:”Al corazón contrito y humillado, no lo desprecias tú, oh Dos”.- Continúa…

COMENTARIO A LAS MEDITACIONES. V. Glez.

La meditación de hoy es muy interesante. A mi me parece que aclara muy bien lo que es la santificación del creyente.

Se va produciendo en nosotros esa perfección en relación a nuestra comunión con el Señor, no es nada que nosotros podamos conseguir por nuestras obras, aún aquellas que debemos de cumplir o andar en ellas cooo dice la Palbra de Dios y que están preparadas y puestas delante de nosotros para andar en ellas como hijos de Dios, pero no son ellas las que nos perfeccionan o santifican, sino que es siempre la gracia de Dios que nos es dada por la comunión estrecha con el Señor que nos hace partícipes de su misma naturaleza santa y perfecta. No debemos invertir el órden, porque perdemos la bendición ya que de nuestro obrar no se produce la bendición sino al contrario, obramos en santidad y perfección por lo que en comunión con Dios recibimos y participamos directamente de Él. El procurar sacar tiempo para tener comunión con el Señor, orar, leer Su palabra etc. esa es nuestra parte y de ahí nosotros recibimos la gracia santificadora que nos motiva a vivir en el gozo de la salvación y la proclamación del Evangelio.

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 16 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXX
Continuación…
Esto es verdad respecto a la primera gracia del perdón. ¿Durante cuánto tiempo estuviste pensando que tenías que prepararte para la gracia y que tenías que traer y ofrecer algo para poder ser aceptable ante Dios? Y cuando la fe vino, ¡cuán simple fue recibir aquello que Dios había hecho por ti y te ofrecía! Tú preguntaste: “¿Esto es todo? ¿Es la salvación tan simple? Y ¿tan cerca estaba?” Entonces aprendiste a comprender lo que quiere decir David con “No quieres sacrificios”.
Lo mismo se puede decir de la gracia santificadora. La santidad no es algo que nosotros realizamos. La santidad es solo de Dios y nosotros nos hacemos santos solo a medida que Él nos hace participar de Su santidad. Cristo fue entregado para nuestra justificación, pero también para nuestra santificación. El que entiende bien esta verdad, goza de la salvación de la vida de gracia como una continua apropiación y recepción de la plenitud que es en Cristo. Sabe ahora que la vida de salvación no es un sacrificio continuo y severo, sino una experiencia gloriosa de lo que la gracia de Dios en su poder y riquezas puede obrar en él. La obediencia es mejor, más alta, que los sacrificios: esta verdad profunda pone al descubierto el secreto del verdadero servicio de Dios. No es lo que el hombre hace o trae, aunque es en apariencia la ejecución de la ley, sino la disposición inocente de amante sujeción, lo que está cumpliendo la ley.
La idea que antes sugería el servicio de Dios era que se trataba de algo difícil, estricto, con mucho autosacrificio, pero el creyente descubre que es gozo y poder de la vida preparada para él por la compasión de Dios en Cristo. Su servicio a Dios pasa a ser un servicio en el gozo del amor. El amor no habla de sacrificios. Otros pueden bien gloriarse en los sacrificios que hace el amor, pero el que los hace, el amor, el que ama, no los considera de ningún modo sacrificios. Al que ama, son una necesidad un deleite; son su vida.
Una disposición así, que ya ha reconocido la actitud de gracia de Dios hacia nosotros, discierne también el sentido en que se aplica a nuestros prójimos la afirmación:”Tendré misericordia, y no sacrificios”. Sabe cómo debe tratar a los caídos, con compasión y amor, y no con los requisitos duros de las sentencias de la ley. Comprende el secreto del amor por medio del cual los transgresores aprenderán los caminos de Dios y los pecadores se convertirán a ÉL. “No quieres sacrificios”, es el Evangelio de la consolación personal, que a su vez es proclamado gozosamente a los otros.-
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miércoles, 15 de diciembre de 2010

COMENTARIO A LAS MEDITACIONES. V. Glez.

Creo que la meditación del día es tan preciosa y descriptiva de la gracia que no nos puede quedar resquicio alguno sobre este tema.

Me refiero a la diferencia del Antiguo con el Nuevo Pacto entre Dios y el hombre. Es tan grande que algunos piensan que por eso ya pueden echarse a "dormir" y no velar y cuidar su salvación con temor y temblor como dice la Palabra de Dios, cuando debería ser todo lo contrario. Por la grandeza de la gracia de Dios, guardando la comunión con Él cada vez nos debería ser más horroso el pecado y más desearíamos gustar de Su gracia por medio de la comunión constante. Es en consideración a la magnitud de su misericordia expresada en el sacrificio del Hijo de Dios que cada vez desecharíamos el pecado y la contaminación del mismo para disfrutar de su comunión estrecha y vivir en el gozo de la salvación expresada en la alabanza y testimonio de Su grandeza. Me gusta mucho la expresión de Agustín de Hipona que decía que todo el gozo mundanal lo tenía por basura por disfrutar del GOZO SOBERANO (la comunión estrecha con Dios). El "gozo soberano" es el gozo de la salvación disfrutado a tope.

¡Que el GOZO SOBERANO, EL GOZO DE LA SALVACIÓN inhunde nuestro ser en este día y podamos alabarle por Su GRANDEZA.-

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 15 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXX
Continuación…
Bajo el viejo Pacto había dos clases de sacrificios: las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa, como sacrificios de expiación; y las ofrendas de acción de gracias y los holocaustos, que representaban consagración al Señor. El descubrimiento de las profundidades del pecado le ha hecho sentir la necesidad de algo más que una expiación externa por medio de una ofrenda por el pecado, es decir, una expiación efectiva y divina. Ahora entiende que el poder de esta expiación le permite llevar más que una mera ofrenda de acción de gracias, es decir, una consagración espiritual e interna.
Esta interrelación entre las divinas verdades se ve siempre. Cuando más profundo el reconocimiento del pecado, más alta es la aprehensión de la gracia sobrenatural divina, de la divinidad del Redentor, y de la obra del Espíritu, y más espiritual es la comprensión de la gloria de la nueva vida que nos es posible por medio de la gracia.
En todos estos respectos este Salmo es una profecía de la gracia del Nuevo Testamento. Es precisamente en la expresión “no quieres sacrificios” que existe la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Bajo el viejo Pacto y según la Ley, el hombre debe dar siempre algo a Dios para que sea quitado su pecado. En el Evangelio, por otra parte, es Dios que da al hombre lo que puede expiar su pecado. Bajo el Nuevo, Dios va al hombre con un sacrificio, a fin de que pueda recibirlo y ser bendecido por el mismo.
Este es el significado de la palabra del profeta, repetida por el Señor Jesús cuando dijo a los fariseos:”Id pues y aprended lo que significa: misericordia quiero y no sacrificio” Mateo 9.13 La gloria del Nuevo Pacto consiste en no requerir y llevar sacrificios (que era la característica del Viejo) sino en mostrar y recibir misericordia. Y así, el que quiere gozar de la salvación del Evangelio debe sobre todo entender la afirmación: “No quieres sacrificios”.
Esta palabra nos recuerda la libertad de la gracia de Dios como fuente de bendición. El Espíritu de la justificación por la Ley y la justificación por las obras es tan natural que nos inclinamos siempre a considerar a Dios como “difícil y estricto”, alguien que exige de nosotros cosas difíciles. Deberíamos de abandonar esta tendencia. Dios es un Dios que no exige sino que da y lo da gratuitamente; y el secreto de la comunión con Él es siempre considerarlo como un Dios de quien uno puede pedir y esperarlo todo. Él se deleita en la misericordia, no en el sacrificio.- Continúa…

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martes, 14 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 14 DE DICIEMBRE:
MEDTIACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
Continuación…
Y el cristiano cuya lengua no ha sido liberada y suelta, que no se oye, este cristiano es defectuoso. Le falta una de las capacidades más gloriosas del nuevo hombre.
No se trata aquí de si tienes el don natural del habla o no; muchos que hablan poco y mal reciben de la gracia la capacidad de conseguir grandes resultados con su don pequeño y débil. No es la belleza del lenguaje, sino el poder de vida y del espíritu el punto de donde depende la bendición. Basta con que desees ser hecho partícipe de esta gracia y que te des cuenta más clara de tu solemne obligación de alabar a Dios y darle a conocer. Basta con que toda experiencia de debilidad e incapacidad te espolee a más confianza en el poder y promesa de Dios. ´Con este deseo y confianza podrás orar: “Señor abre mis labios y publicará mi boca tu alabanza”; y la oración será contestada. Es posible que te cueste muchos conflictos y perseverancia. Esta petición no se aprende en un día, y las riquezas de la gracia no son agotadas en un día tampoco, y por lo tanto, si hay la voluntad, se conseguirá la bendición., Por tanto, cada vez que uses la oración: “Ten piedad de mí, oh Dios” haz una regla de añadir también la petición: “Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza”.-
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CAPÍTULO XXX
“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría, si te ofrezco holocausto, no lo aceptarías” (v. 16)
En el gozo de la liberación y la acción de gracias, David se ha entregado a Dios por completo. De ahora en adelante vivirá sólo para el honor y gloria de Dios. Sin embargo, siente que puede hacer muy poco y se pregunta si hay algo más todavía que el Señor podría desear y recibir de él. Piensa en sacrificios. Si multiplicara los sacrificios, ¿no conseguiría que fueran aceptables al Señor? NO. Tan pronto como se ha ce la pregunta, ve claro que el Señor no se deleita en sacrificios.
La claridad con la que David siente y expresa esto es una de las profundas lecciones espirituales de este Salmo. En lo íntimo Dios le ha enseñado sabiduría. Conoce mejor el pecado que antes, y la profunda miseria espiritual que implica. La gracia se le ha hecho familiar, y conoce el alto poder espiritual que lleva. Ha experimentado lo que es la maravillosa obra de Dios de perdón y renovación. Ha aprendido a comprender lo que indicaban los simbólicos lavamientos y rociaduras del Antiguo Testamento: como Dios mismo rocía y purifica el alma. Y ahora con esta penetrante comprensión espiritual en el pecado y en la redención, el Espíritu le ha revelado también la espiritualidad de la vida de agradecimiento y le ha mostrado lo insuficiente que sería el servicio de sacrificios externos.- Continúa…

lunes, 13 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 13 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXIX
Continuación…
Todo aquel que humilde y sinceramente escuche estas palabras divinas de ánimo será robustecido en esta confianza. Lee también la historia del llamamiento hecho a Jeremías: “7Y me dijo Jehová: No digas: soy un niño; porque a todo lo que te envío irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 9Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca” (Jeremías 1.7-9) y a otros profetas y ve cuán plenamente da Dios el poder de expresarse como uno de sus dones. Considera las promesas del Antiguo Testamento sobre el don del Espíritu y observa cómo están unidas al poder de hablar. Fíjate también en las predicciones de Jesús concernientes a dar testimonio de ÉL como fruto del don del Espíritu: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” Juan 15.8 -Y en Hechos 1.8 dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Recuerda como, en el día de Pentecostés, la primera manifestación del poder del Cristo exaltado llenó la boca de los creyentes con alabanzas a Dios, y comprenderás qué alto precio, qué certidumbre divina, se encuentra unida a que los labios sean abiertos como don de la gracia –un don que verdaderamente nos pertenece. Dios pude dárnoslo. Lo ha hecho a favor de millares. Dios lo dará; es necesario para el cumplimiento de su gloriosa obra de gracia. Dios lo dará. Sus promesas son fieles “Señor abre mis labios” es una oración a la que tenemos el mismo derecho que a: “Ten piedad de mí, oh Dios mío” La una es oída tan ciertamente como la otra.
La oración de David nos enseña el modo de obtener este don. Siempre que mencionamos una boca que habla, muchos piensan en dones naturales, y si uno no los tiene, se imagina que el caso ya no tiene aplicación para él: procurará servir a Dios de otras maneras: dándole gracias, con su dinero, su influencia, su ejemplo. Esto está muy bien, pero no sirve para excusar a nadie del sagrado deber de cumplir el glorioso llamamiento de hacer a Dios el sacrificio de los labios. Es unas de las pruebas de la venida del reino de Dios el que no sólo los ciegos vean sino que los mudos hablen y glorifiquen a Dios.
La gracia de Dios no sólo desvanece las tinieblas de los ojos para que la persona pueda conocerle sino que también abre sus labios para que pueda alabarle. No sólo hay espíritus inmundos que hay que echar fuera, sino el demonio que era mudo. A todos los discípulos se les dio, junto con el Espíritu Santo, una boca para alabar a Dios. En el cielo no habrá mudos: cada lengua cantará alabanzas a Dios.- Continúa…

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 12 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXIX
“Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza” (v. 15)
Se repite de nuevo la promesa de celebrar la alabanza de Dios, precedida, sin embargo, por la oración de gracia que le dará fuerza para el cumplimiento de la promesa. Ya hemos visto que el que tiene la plena y viva experiencia de la salvación de Dios, alabará a Dios, mientras que este tributo sería una imposibilidad sin la experiencia. Vemos, además aquí que es también un don que debemos pedir de Dios en oración. Y que será obtenido sin duda.
Esta petición nos recuerda la resistencia e inhabilidad del hombre a hablar de Dios y a dar testimonio de su gracia. La experiencia de casi cada creyente puede servir de confirmación a esta verdad. Cuántas cosas hay que nos hacen permanecer en silencio, aunque uno goce de la gracia de Dios y desee ávidamente trabajar por Él. Hubo un tiempo, por ejemplo, en que el temor de los otros, le hace a uno vacilar por no verse burlado y despreciado. Otras veces fue la falta de fe, que daba lugar a un sentimiento de inadecuación o le recordaba que con frecuencia los mayores esfuerzos son estériles, y esto le quitaba todo ánimo y anhelo de trabajar. Luego ha habido también el interés propio escondido, que le hace a uno encontrar excusas en las necesidades de la propia alma. Y, hay aún, esta sombra de humildad por la cual tenemos temor de agraviar el nombre de Dios al confesarlo en un momento dado, o de ser desleales o infieles, y que le enseña a uno que más de una vez, es mejor callar la boca que hablar. ¡Ay! muchos creyentes podrían hablarnos de un tiempo en que deseaban trabajar por el Seño, de mese y años en que anhelaban hacerlo, y de breves esfuerzos pronto desvanecidos, y de labios cerrados al final que han permanecido así como un hábito, y de la conciencia que ha sido adormecida hasta una total pasividad por medio de toda clase de excusas. Ojalá que ellos hubieran entendido que el camino medio está entre el silencio culpable y el torrente de palabras estériles. Que comprendieran que, con el perdón de los pecados y la renovación de la vida, la gracia también abrirá los labios y que la oración persistente:”Ten piedad de mí, oh Dios…abre mis labios” obtendrá una respuesta segura y bendita.
Esta oración, pues, registrada aquí por el Espíritu de Dios, nos asegura que el Señor puede abrir nuestros labios y lo hará. El que desea sinceramente creer que esto es así, solo tiene que reflexionar en lo que se dice en la Palabra de Dios sobre este punto. Lee la historia de Moisés y deja que te hablen los argumentos con los cuales Dios mostró a Moisés su poder para darle una boca capaz de expresarse: Éxodo4.10-12 10“Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar”.- Continúa…

sábado, 11 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 10 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXVIII
“Y cantará mi lengua tu justicia” (v. 14b)
Una vez más, después de la petición viene la promesa. El que ha experimentado la gracia no desea disfrutar de ella para su solaz personal o su seguridad, sino que sale para honrar a Dios, el dador, y para bendecir a otros que necesitan gracia. La experiencia de la comunión con Dios renovada, como Dios de su salvación, por sí misma llevará glorioso fruto de alabanza a Dios:”Líbrame de la sangre derramada, oh Dios, Dios de mi salvación; y mi lengua cantará tu justicia”.
Las palabras de esta promesa son significativas e instructivas. Observa ante todo, el tema principal de esta celebración gozosa: la justicia de Dios. Es como si este Salmo de gracia y redención no pudiera terminar sin este glorioso tema, en el cual se presenta la obra de Dios en relación con nuestra redención. El Espíritu Santo usa el tema de la justicia de Dios para indicarnos también el origen, el camino y el fruto de la redención. Abarca en una palabra un atributo de Dios que es glorificado en nuestra redención, el don con el cual somos dotados y la operación y revelación de esta redención en nuestra vida. Para la persona que anhela ser salvo, o para el recién convertido, la palabra gracia tiene un sonido agradable y aparece como atractiva y alentadora. El conocimiento creciente de la gracia traerá siempre al alma rescatada a la justicia de Dios, como aquello en que el amor de Dios tiene su fundamento y en lo que el creyente busca su estabilidad. Y por tanto, a la promesa de enseñar a los transgresores los caminos de Dios, se añaden estas palabras, es decir, la resolución de proclamar también su justicia. Esforcémonos por entender lo que significa esto.
Indica primeramente, el atributo de Dios que le guía y le hace conceder su gracia. La gracia en el perdón de nuestra injusticia no se nos da a expensas de la justicia de Dios. NO, la gracia reina por medio de la justicia; es de la justicia que la gracia deriva su poder. Por tanto Juan escribe: “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados” 1ª Juan 1.9 Pablo dice también que Dios es justo cuando justifica al impío: Romanos 3.26: “Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia a fin de que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús” y cp. 4.5 “Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” Es por esto que en los Salmos y en las profecías la justicia de Dios se menciona con frecuencia como algo que Su pueblo celebra de un modo especial y en que se regocija. Algunos no han podido entender esto y se imaginan que en estos pasajes la palabra justicia debe ser entendida como sinónimo de bondad. Pero no es este el caso. La justicia de Dios, la disposición por lo que Él hace siempre lo que es justo, es el fundamento de su trono y también de su trono de gracia.
Los creyentes han sido dirigidos desde el principio a entender que la única manera por la cual el injusto puede ser redimido y pasar a ser justo tiene que ser la de que Dios, el único justo, les comunique Su justicia.- Continúa…

jueves, 9 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 9 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXVII
Continuación…
El puede hacernos entender el pleno significado de las gloriosas palabras del Nuevo Testamento:”Y sabemos que él se manifestó para quitar nuestros pecados” a fin de que “no tengamos ya ninguna conciencia de pecado” 1ª Juan 3.5; Hebreos 10.2 Por medio del Espíritu Santo, Dios nos hace conocer la redención del Señor Jesús tan plenamente que en ella tenemos la respuesta plena a la petición “Líbrame de la sangre derramada, oh Dios, Dios de mi salvación”. Y entonces el gozo de esta liberación completa se vuelve un impulso perentorio de cantar su justicia. Amigo, si tú no sabes si puedes celebrar la alabanza de Dios, ven y experimenta esta bendición. Por medio del Espíritu Santo deja que la gloria de la liberación de Dios se haga un asunto de conocimiento vivo en tu corazón. Tu boca se abrirá espontáneamente para celebrar la alabanza de Dios.
Esta idea se encuentra en el mismo nombre con el que David designa a Dios: “Oh Dios, Dios de mi salvación” Es a causa de que Dios es el Dios de mi salvación que siento el impulso gozoso de alabarle. La relación personal o comunión entre Dios y el hombre, la divina seguridad y experiencia de la misma son indispensables a este fin. Son suficientes para estimularle a dar a conocer a Dios. Y si alguien desea saber cómo puede llamar a Dios por este nombre, que lo aprenda de David. En el principio del Salmo no se atrevía a añadir “mío” al nombrar a Dios. Lo ha nombrado varias veces “Dios” pero no “mi Dios”. No lo hace hasta este momento. Bajo el poder continuo de la oración, sin embargo, así como la constante súplica de gracia, su fe se ha fortalecido y el Espíritu de Dios le ha dado ánimo para acercase a Dios: “Dios de mi salvación”. Lo mismo será para ti. Si con motivo de cada pecado, viejo o nuevo, te postras ante Él, pidiendo la plena experiencia de su gracia –perdón, renovación y redención completa- se te dará ánimo para decir en la mitad de la oración, con la libertad espiritual de la fe:
“Dios de mi salvación”. Ojalá que muchos que están buscando la seguridad de la fe llegaran a entender bien este hecho. No es un asunto para argumentación, sino para ser aprendido por medio de la oración. El que quiera saber si puede decirle a Dios:”Tú eres mi Dios, el Dios de mi salvación”, debe obtener el privilegio por medio de la oración.
Cuando uno ya ha aprendido a usar este lenguaje de la fe hacia Dios, no es tan difícil usarlo al hablar con los hombres. Es imposible usar un modo doble de hablar, tal como el de sentirse libre delante de Dios y de vacilar delante de los hombres. Tal como hablamos a Dios en secreto debemos confesarle en público. Y el tema principal y la principal característica del anuncio de las buenas nuevas a otros, así como su especial poder, es la confesión”Él es el Dios de mi salvación” Lo que ha hecho por mí puede hacerlo por ti. Como testigo hablo por experiencia. Lo que dice la Palabra, lo confirmo con el certificado de mi conocimiento personal: el Dios que me ha redimido a mí te redimirá también a ti.-

miércoles, 8 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 3 al 8 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXVII
“Líbrame de la sangre derramada, oh, Dios; Dios de mi salvación” (v.14a).
David ha hecho una gran promesa; enseñar a los transgresores los caminos de Dios. Y al mismo tiempo ha expresado una gran expectativa: que los pecadores enseñados se convertirán. Estas palabras, sin embargo, apenas han salido de sus labios cuando se siente de nuevo profundamente pecador y que sólo la experiencia de la gracia sobrenatural le permitirá que obtenga este resultado. Siente que la sangre de Urías se le adhiere y que se ha manchado ante la presencia de Dios, y del hombre y que sólo si Dios le da la seguridad viva y perfecta de que ha sido absuelto por completo de sus pecados, será capaz de alabar a Dios de veras.
Encuentro la importante lección que ya he enseñado confirmada otra vez, a saber: que la experiencia viva personal de la gracia es un poder necesario para obrar el favor de otros. Uno debe estar firme en el gozo de la propia redención. No basta simplemente el recuerdo del perdón y la gracia experimentada en un periodo anterior; debe haber cada día una renovación de la garantía divina de que hemos sido redimidos por Dios. Debe haber una consciencia viva de la redención como un hecho presente y continuamente renovado; un ejercicio permanente en la comunión con el Dios que nos redime. El que no conoce a Dios de esta manera no puede dar a conocer a Dios a los otros. David lo creía así. ¿Cómo podía el asesino de Urías, manchado con su sangre, traer vida a otros, cuando él todavía tenía que dar cuenta de aquella sangre?
De modo que es imposible enseñar a otros bien, si no conozco yo a Dios bien. Y el hombre no puede conocer a Dios bien si no le conoce como el Dios del perdón. Además, el conocimiento no puede ser vivo y real sino es renovado continuamente desde el cielo por el Espíritu Santo. Cada vez que me proponga enseñar a los transgresores esperando que se conviertan debe ser habiéndome preparado para el testimonio, con oración, expresada así: “Líbrame… oh Dios, Dios de mi salvación; y mi lengua cantará tu justicia”
Cuando se considera atentamente esta petición, estos pensamientos se confirman. Reflexionemos en la palabra “librar” usada en esta oración: “Líbrame de la sangre derramada” Esta es una palabra que aparece aquí por primera vez en este Salmo. Es usada continuamente, no ya como liberación del pecado, sino como liberación de enemigos que nos persiguen y oprimen. Se usa, por ejemplo, en la oración:”Líbranos del maligno” y es desde este punto de vista que David contempla ahora sus pecados. Cree que Dios le ha perdonado, y que le ha limpiado de sus pecados. Pero a veces, el creyente ve que pecados cometidos hace mucho tiempo levantan otra vez la cabeza y persiguen al alma. Dios los ha perdonado, pero el que los ha cometido no puede olvidarlos y está atemorizado de que tenga lugar más violencia. El gran enemigo de las almas entonces hace uso de estos momentos de opresión y de estos pecados con miras a derribar esta alma en el polvo. Para esto sólo hay un remedio. Dios sólo puede librarnos de un sentimiento opresor de culpa. Y Él puede hacerlo realmente. Él puede darnos una visión tan completa de su perdón y gracia que seremos librados por completo de nuestros enemigos y asegurados que el pecado no tiene dominio sobre nosotros.-Continúa…

jueves, 2 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 2 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXVI
Continuación…
Observa, además, en qué espíritu deben ser usados estos medios. David dice que, habiendo sido perdonado, habiendo recibido perdón y gozo va a enseñar a los transgresores. Esta es su preocupación principal. ¡Oh, cuántos predicadores, maestros de Escuela Dominical, ancianos y hermanos en general hay cuya enseñanza carece de poder y que nunca ven el cumplimiento de la esperanza que habrá pecadores convertidos! No es que no sean celosos o que no enseñen la verdad, pero no hablan en la viva experiencia de esta gracia. Enseñan en el poder de un conocimiento de las verdades de las Escrituras o en el poder en una experiencia espiritual previa. Pero no basta con esto. Si tienes el deseo de ver la enseñanza y conversión de pecadores, debe haber en ti una experiencia viva y efectiva de la gracia de Dios. Debes tener gozo en que tu culpa haya sido borrada y en el tierno cuidado de Jesucristo. Debe hacerse evidente una progresiva santificación en tu vida, mediante la purificación de tu corazón y la renovación de tu espíritu de firmeza. Con la oración:”No retires de mí tu Santo Espíritu”, tu ser entero debe ser tal que en él viva Jesús. Con la sincera petición:”Y en el espíritu de nobleza afiánzame”, el propósito debe ser renovado continuamente de que:”Enseñaré a los transgresores tus caminos”.
Esto por lo menos es por lo que debes orar y en ello debes esforzarte. Cuando en el espíritu del Salmo dices:”Entonces enseñaré”, puedes añadir: “Y los pecadores se convertirán a ti”. Si tu enseñanza a los otros es el fruto de la gracia que te reviste, no puede quedar sin bendición. Anda diariamente en la compañía de Jesús y busca ser ungido por su Santo Espíritu, y “los pecadores serán convertidos”.
Observa especialmente que esta confianza debe ser alimentada y expresada en la oración. David no confiaba en sí mismo ni en su poder; fue cuando miraba a Dios en oración que pronunció estas gloriosas palabras de fe. Y verdaderamente no es cosa ligera para un suplicante expresar esta confianza en relación con su obra. Con todo, si quieren pronunciar las palabras de David, puedes hacerlo. Si sigues en oración pidiendo gracia de modo repetido y continuo, y te entregas al servicio del Señor pensando en este Dios que te ha mostrado lo efectivo de Su gracia, esta esperanza es accesible. “Enseñaré…. Y los pecadores se convertirán”. Y si al principio no consigues poner en uso estas palabras de fe plena, repítelas, expresa la esperanza otra vez de rodillas a Aquél que está sentado en el Trono de la gracia. Solo que debes empezar por el principio: “Ten piedad de mi, oh Dios” y asciende la maravillosa escalera de la oración en los varios peldaños de la vida espiritual. Asegúrate de cada estadio en tu corazón hasta que puedas llegar a éste: “Enseñaré a los transgresores” El espíritu de oración, que te ha enseñado a usar todas las otras peticiones, no cortará Su obra en este punto. Te permitirá con creciente confianza que:”Los pecadores se convertirán a Dios” Y de la misma manera que la oración y el conflicto fueron el poder que condujo a David a hacer esta afirmación, también el Espíritu te guiará a decir: “Los pecadores se convertirán; enseñaré a los transgresores” y después por Su gracia: “los pecadores se convertirán a ti”.-

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 1 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXVI
“Y los pecadores se convertirán a ti” (v. 13b)

Hemos visto que David había pecado profundamente y todavía sentía su caída de modo vivo. Si alguien tenía motivos para estar avergonzado, desconfiar de sí mismo, ¡y permanecer callado!, era sin duda David. Si había alguien que tuviera razones para decir que no sabía en qué clase de dificultades se metería, éste era David. Si había alguno que tenía motivos para decir que no tenía derecho a hablar a causa de la infidelidad y reproche que había acarreado sobre sí; que nadie tenía obligación de escucharle porque su pecado había quitado la fuerza a sus palabras, éste era David. Cuán exaltado había estado en otros tiempos y cuán bajo había caído ahora. Sin embargo, en este Salmo, David está en contacto con Dios y Su gracia; en su oración ya considera por anticipado la gloria de la gracia de Dios. Siente que la gracia de Dios es más poderosa que su pecado y que como gracia, puede quitar su pecado de delante de Dios, y por tanto hacer que su pecado no le impida el acceso a los hombres. Siente que Dios por Su gracia le ha redimido, a él, el principal de los pecadores, y le ha mostrado Su gran bondad. Estaba preparado para ser utilizado como bendición para otros.
Por tanto, no sólo promete:”Enseñaré a los transgresores tus caminos” sino que cree también que Dios bendecirá su obra: “Los pecadores se convertirán a ti” Confía en la gracia para otros, incluso para sí mismo. La gracia que le ha bendecido le hará una bendición para otros. “Enseñaré a los transgresores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti”.
La confianza de que habrá bendición en nuestra obra se concibe fácilmente que nos da un gran poder. ¡Con qué espíritu y placer puede uno trabajar si tiene segura perspectiva de que Dios dará cosecha! Y la gran pregunta debe ser: ¿Cómo podemos crear y mantener esta confianza? Consideremos cuidadosamente los fundamentos en que descansa.
Recuerda ante todo, que la conversión ocurre con el uso de medios: “Enseñaré a los transgresores… los pecadores se convertirán a ti” No basta con lamentar el que haya tantas personas que no creen en el mundo. No basta con orar por la conversión de los pecadores. Es necesario algo más. Se les debe enseñar. Y esta enseñanza no puede ser proporcionada simplemente el domingo, o encargada a los predicadores del evangelio; cada creyente debe dentro de su círculo ejecutar la tarea prometida en el versículo 13. Después de la oración:”Ten piedad de mí” sigue la promesa: “Enseñaré” Dios es fiel al concedernos la conversión. ¡Qué maravilloso cambio tendría lugar en la congregación si con toda sabiduría y perseverancia, unánime y continuamente, cada creyente fuera un testigo de Dios!”. El testimonio fiel nos daría ánimo para esperar que los pecadores se convirtieran a Dios.- Continúa…