domingo, 30 de noviembre de 2008

DEVOCIONAL SOBRE 2ª PEDRO 1.3 por ROSENIUS

"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que os llamó por su gloria y excelencia" 2ª de Pedro 1.3
Antes de hacer una exhortación muy grande, el apóstol Pedro pone un excelente fundamento, contra las excusas de los desobedientes y animando a los bien dispuestos.
Todo lo que crea vida y piedad ya nos ha sido dado; por lo tanto, tenemos que recibirlo y usarlo. El apóstol dice además, que Dios por su divino poder, también nos ha dado todo lo necesario para que obtengamos sus dones.-
¿Escuchas la Palabra de Dios, y conoces Su voluntad, pero nunca puedes obedecerla, y sólo ves y hablas de tu debilidad? Sabes que " fuiste rescatado de tu vana manera de vivir, la cual recibiste de tus padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" 1ª Pedro 1.18-19. Y que Cristo hizo todo eso "para que nosotros que vivimos, ya no vivamos para nosotros, sino para aquel que murió y resucitó por nosotros" 2ª Corintios 5.15. Pero, aún sabiendo todo eso siempre quieres servir a dos señores, ser amigo tanto de Cristo como del mundo, andar bien con Dios y con el diablo.-
O tal vez eres de esa clase de creyentes que quiere ir al cielo, pero no quiere abandonar sus pecados favoritos, sino practicarlos conscientemente, argumentado que no tienes la fuerza de voluntad para abandonarlos, que no está en tu poder rechazarlos. Pero el apóstol dice aquí que "por su divino poder han sido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad".-
Ya no somos condenados a ser esclavizados al mundo impio y por nuestros pecados, por culpa de nuestra debilidad. Hay un poder que puede rescatarnos. Eso es lo que atestiguan millones de espíritus que ya están en la bienaventuranza del cielo. Es el testimonio de millones de personas perdonadas por Dios, aquí en la tierra.-
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sábado, 29 de noviembre de 2008

UN REMANSO DE PAZ: ¡¡LA PAZ QUE CRISTO NOS DA!!

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FELICITACION NAVIDEÑA A LOS LECTORES


¡¡FELIZ NAVIDAD!!

Desde este sencillo espacio, quiero desear a todos los que tienen interés por el estudio de la Palabra de Dios y entran en este humilde Blog:

Unas FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS en el descanso y paz, que como hijos de Dios podemos disfrutar, en medio de todas las turbulencias de este mundo: "...queda un reposo para el pueblo de Dios" Hebreos 4.9

No nos olvidemos en estos momentos, de nuestro prójimo sin distinción alguna:
“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” Lucas 6.36

Que el AÑO NUEVO que comienza, aunque se vaticina duro y difícil para el mundo entero, nunca perdamos de vista que nosotros tenemos al Señor en el control de nuestras vidas y NADA nos acontecerá que Él no permita, y estará como siempre, a nuestro lado para sostenernos.-

Escucha al Señor decirte en medio de las circunstancias, como dijo a los discípulos en el mar tormentoso: “YO SOY; NO TEMÁIS” Juan 6.20

Un fraternal abrazo a todos en el amor del Señor
Victoria

lunes, 17 de noviembre de 2008

RESPUESTA A WARREN BECERRIL ALBORES

Hermano:
Lo que me dice respecto a que hoy estamos en la misma posición de los primeros cristianos, lo he creído toda mi vida y aún hoy lo creo, y que será hasta que el Señor recoja su Iglesia.
Pero aunque yo sé que el Señor hace milagros por todas partes entre sus hijos. Lo que sí es verdad, es que esas "campañas" a las que se cita al público como si se citara a ver un "mago" y lo que en realidad se presenta es al hombre"poderoso" Y al que en realidad se ensalza. Eso no es lo que Jesús enseñó, ni lo que Él hizo y menos sus discìpulos.
Ellos se dedicaron a predicar la Buena Nueva; que el Mesías, el Cristo, había nacido, muerto y resucitado y que era el momento de Dios para venir a Él y creer. Después las señales, los milagros, ratificaban su mensaje, y Dios era glorificado. Pero no presentaban las señales para que la gente les siguiera a ellos.
Esa es la diferencia de la predicación de este siglo por los que se dicen "profetas y apósotoles". Creo que el Señor haría o encontraría los corazones mas dispuestos a la Verdad, si el mensaje partiera del buen cimiento: Anunciar las Buenas Nuevas del Evangelio y dar la gloria al Señor por el resultado en las vidas. Vidas rescatadas del lazo de Satanás y regeneradas por los méritos de Cristo, no por los méritos de los hombres.
Así el Señor sana cuando Él quiere, hace la obra en las vidas, trae paz a las familias y gozo de la salvación en las almas. Así he creído y creo, en un Dios Todopoderoso, que cambia las vidas,las regenera, las sana, suple las necesidades y hace milagros hasta el día de hoy por su soberana gracia, no por lo que nosotros hagamos o propaguemos para nuestro provecho o gloria, como ahora se vé tánto, y es tan vergonzoso.
Hermano, Dios no dá su gloria a ningún hombre y jamás ví algo tán extendido como en los días actuales. El juicio también vendrá como a los ídolos que Su pueblo levantaba y cuando venía un avivamiento eran demolidos. Se usan las mismas prácticas que en el marketing mundano, y esperan el mismo resultado, como si Dios fuera un ente manipulable por el hombre. No dudo que aquí gozarán de bienes, pero la caída será grande y tormentosa para sus almas.
Ya voy conociendo a unos cuantos"apóstoles" que hoy no son ni "discípulos". ¡Una pena! Empezaron bien, pero la codicia les cegó y vinieron a ser tropiezo al Evangelio y a las familias que no se apoyaron en la Palabra de Dios, sino en la "vanidad" del hombre y le siguieron. Sin darse cuenta, que no hay cosa más abominable para Dios que la idolatría.
Es hora de buscar a Dios, no a los hombres. Abundan mucho, dicen que hacen las señales del reino, pero es mentira, su obra ni se sostiene ni permanece y muchos son los que se pierden después por causa de ellos.
La Iglesia tiene que estar alerta a la Palabra de Dios y no a los medios versículos, en que basan sus doctrinas y procederes estos falsos maestros. El creyente tiene hoy la Palabra de Dios y no tiene excusa para dejarse engañar por estos "poderosos", que les embaucan y luego les dejan en la estacada.
Gracias por su respuesta. Lo que no tengo es la página donde entré, porque su respuesta la recibí en la dirección de mi correo. Si hace el favor me indica la entrada al Blog.
¡PAZ del Señor!
El día 17 de noviembre de 2008 11:58,

sábado, 1 de noviembre de 2008

LA IGLESIA DEL SEÑOR

Voy a exponer someramente como veo la Iglesia cristiana de los primeros tiempos. No en la manera en que se ha ido formando al discurrir de los tiempos. Sino como al leer los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas, imagino que eran aquellas reuniones del principio, tanto el habitáculo donde se reunían como indumentaria y desarrollo de las mismas.-
Parto del principio que en el Nuevo Pacto, nuestro sacerdote es Cristo y que los que componemos ese cuerpo de Cristo: La Iglesia, cada uno, somos sacerdotes, embajadores y reyes para el resto de los mortales que no pertenecen al reino. A los cuales debemos testificar las Buenas Nuevas: Cristo hecho carne pagó el precio del rescate de todo el mundo, para que el que lo acepte le sea imputada la gracia del perdón y ser adoptado hijo de Dios en Cristo Jesús y entre a pertenecer al reino de los cielos, que representa la Iglesia del Señor.-
Lo poco que tenemos en el N.T. respecto a cómo debían ser los “lugares de culto”, es cero. Solamente se nos dice que iban a las Sinagogas (Hechos 9.20 etc.). Iban al Templo donde “perseveran unánimes cada día”, se entiende que en actitud de oración y “partían el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón… Y el Señor añadía a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos2.46-47). O sea: nada de la parafernalia que se ha formado en el discurrir de los siglos.-
Para mí, lo que empieza en la era apostólica, es mucho más sencillo que lo que se venía utilizando por los judíos de la época anterior. El Templo si estaba hecho bajo un diseño divino, con simbología. -La Sinagoga era y sigue siendo algo sencillo y funcional. El Templo en si mismo era un símbolo de lo que había de venir: Cristo en nosotros. Siendo santificados (apartados) para Él y para que el mundo lo vea y glorifique al Padre: templos vivos del Espíritu Santo. Es de éstos, que está compuesta la verdadera Iglesia del Señor.-
¿Cómo y dónde se reunían los creyentes?: A la Iglesia de entonces, le servía el propio salón de cada hogar familiar. Seguro que se reunirían donde tuvieran más capacidad y se repartirían por las distintas casas de los hermanos. ¡Qué poco se necesitaba! Claro que en las casas, el culto sería diferente a lo de hoy, incluso se tendría de forma distinta, según el sitio y los que lo dirigieran. Si se podía cantar algún salmo, se cantaría y si no se limitarían a lo que menos extorsionara al resto de la familia. Yo creo que ahora, como hemos hecho “nuestro molde” hay que hacerlo al revés: acoplar todo al sistema, cada denominación al suyo y así buscar el sitio o lugar. Es por eso que para unos se necesita unas características y para otros, otras. Al principio, se empezaba por las “personas”; ahora se empieza por las cosas aparentes y que nada tienen que ver con la reunión de los santos, ni su contenido.-
No es más que eso: “la reunión de los santos”. Lo que luego se hace, el compendio de todo, será rendir culto al Señor: alabándole por medio de cánticos, comunicarse con ÉL por medio de la oración, la Palabra impartida por Su/s siervo/as, y ungida por el Espíritu Santo en cada corazón. La ministración de los dones, según el Espíritu ordenaba y por supuesto que en la celebración de la Cena del Señor, que quedó reducida a pan y vino ya entonces, al ser un abuso el comer indebidamente. Todo esto, forma parte de nuestro culto, donde recordamos la muerte del Señor hasta que Él venga. Cosa que también, se hace poca referencia cuando se toma: que ¡Él viene!, por éste motivo hay que estar preparado y la conmemoración nos purifica para estar listos para Su venida. Otro tema éste, arrumbado en las Iglesias. Cuando en aquel tiempo ya se despedían diciendo: Maranatta. ¿Qué palabra deberíamos usar ahora para despedirnos en este siglo, el 21 desde entonces? Creo que una revisión nos está haciendo mucha falta.-
Concretando: Para reunirse no adecuaron lugares específicos, usaron lo que tenían a mano. El lugar no era lo importante y servía lo que fuera. Lo que sí cuidaron era lo que se enseñaba y consecuentemente qué aptitudes deberían reunir los que enseñaban. No tuvieron tampoco acepción de personas: ni sexo, ni edades ni estatus. Entre los ciento veinte que fueron llenos del Espíritu Santo había hombres y mujeres; pobres y ricos; había viejos y jóvenes, judíos y gentiles, siervos y libres. En fin, algo que hoy no le interesa a la Iglesia reconocer, pero que el profeta Joel lo dejó bien claro siglos antes de que se cumpliera en aquel momento en El Aposento Alto. ¡Qué Iglesia más gloriosa presentó Pedro en aquel discurso magistral de Hechos 2!
A esa Iglesia es a la que las puertas del Infierno no prevalecen en contra. El Infierno no teme al “enemigo” que le presentamos ahora, no la puede reconocer como tal, pero a la verdadera, sí la teme. Lo triste es que está desperdigada y el frente es débil contra tanta oscuridad como nos rodea y no tratamos de unirnos para ganar almas al reino de Dios.-
¿Creéis que necesitaban toga alguna, de un color u otro, para presidir sus reuniones? ¿Se necesitaba ponerse de espaldas o de frente? ¿Tenían una fórmula concreta litúrgica, o era el Espíritu Santo quien presidía y hacía como quería cada momento? ¿Se exigía unos conocimientos titulados universitarios? ¿O más bien, unos conocimientos profundos e interiorizados de la Escritura tanto del Antiguo. T., como de toda la enseñanza que Jesús impartió y de las Epístolas que iban llegando a los grupos repartidos en las ciudades por el mundo? Y esto no era suficiente; sino que la vida piadosa y abnegada reconocida por los hermanos, era requisito imprescindible para el reconocimiento del ministerio. Era así de simple, pero así de explícito. Ahora se parte de otras premisas impuestas por hombres, pero sin respaldo bíblico. Lo que ocurre es que socialmente está como más presentable: que sean hombres y estos bien educados, universitariamente si es posible, casados, sumisos a su “curia” eclesiástica etc.
Comprendo que esa Iglesia que yo imagino no es fácil de controlar por “curias” y eso ya se nos escapa de las manos. Pero ¿por qué queremos una iglesia “estatal” en las formas, si las almas son para el cielo, no para nosotros? Hemos hecho organizaciones, no La Iglesia de Cristo. No me extraña que al mundo no le interesen estas organizaciones, porque para colmo están muy mal estructuradas y son débiles. Lo débil en Dios no interesa al mundo. Si podemos reclamar reconocimiento es porque ofrecemos algo, pero si no tenemos nada que ofrecer, más que algo etéreo que ellos no reconocen, pasan olímpicamente de lo que les decimos. El mundo reclama de nosotros­ algo tangible, y lo único que tenemos es nuestra vida bajo el poder de Dios, que actúa en el mundo para Su gloria. Como lo que ofrecemos es otra organización y débil, prefieren la que tienen, que es al menos fuerte y representativa. Nuestra fuerza no está en nosotros, pero viene de Dios y se manifiesta al mundo atreves de nosotros. Eso se tiene que hacer notorio, sino las palabras y las formas son vacuas, y lo son si no van respaldadas de vivencia. Todos somos llamados a cumplir dignamente con nuestro llamamiento y eso quiere decir que el que es llamado a un servicio, no es mayor que el que tiene otro que a los hombres pareciera meno digno. Pero al que se le delega el compromiso, conforme a ello será demandada el fiel cumplimiento, Si es de más dignidad, mayor será la exigencia, pero no el privilegio. La Iglesia funciona contrariamente al orden establecido en el mundo. El mal de la Iglesia entró al imponer el orden político del mundo en la Iglesia del Señor. Pero eso no podemos darlo por bueno y venir ahora con parches ni soluciones maleadas. En Dios no cabe más que lo legítimo, verdadero y justo, Sólo así puede ser santo. En el deterioro de los ministerios está el creer que unos son superiores a otros y por eso conllevan más poder. El poder es el meollo de este mal. La Iglesia no tiene otra Cabeza, Cristo es la Cabeza, entendiendo por Cabeza quien gobierna o tiene el poder. El resto ejerce su ministerio por delegación del Único digno de ello por haberla comprado con Su sangre. Y después de hacer lo que es debido decir de sí mismo: “siervo inútil soy”.-
Termino, es un tema que ocupa mucho y no es fácil. Estamos tan lejos, tan lejos, que solo Dios puede retrotraer a su carril tanto desvío y desvarío.