miércoles, 6 de enero de 2010

FORMAR DOCTRINALMENTE


OPINIÓN PARTICULAR
V. Glez. Boto

Me gustaría poder escribir algo de lo que opino respecto a la situación de la enseñanza doctrinal de las Iglesias evangélicas mayoritariamente. Es verdad que resulta complejo. Lo más importante es que cada uno, según el conocimiento que tenga de la Verdad, o sea, lo que le ha sido revelado a su espíritu por medio de la Palabra de Dios y la luz que el Espíritu Santo le ha dado sobre ella, viva y se comporte respecto a Dios y al prójimo, pero siempre partiendo del “nuevo nacimiento”.

Pero, se necesita ser formado doctrinal y ordenadamente.

Al trascurrir de la vida como creyente, me extraña que no me haya preocupado el comparar a fondo las doctrinas de las diferentes denominaciones. Me he dado cuenta, que esto se debe principalmente por pertenecer a una Iglesia donde jamás se ha criticado doctrina alguna del campo evangélico y apenas se han señalado aquellas que del Catolicismo son más populares, como las imágenes, la confesión al sacerdote, la Eucaristía y el bautismo de los niños. Aún éstas, sin tratarlas a fondo, sino en lo aparente y sin preocupación de formarse debidamente desde el campo católico-romano para compararlas con la Palabra de Dios y poder al contrastarlas, dar contestación a las preguntas que surgen.-

Creo que en el mundo evangélico de nuestro país, no nos hemos tomado muy en serio el estudio bíblico doctrinal, aplicándonos a estudiar la Palabra de Dios y de esta forma entrar en su conocimiento con un orden, y más, viviendo en un país católico por excelencia respecto al Estado, las tradiciones de la Iglesia y su trabajo de “evangelización” en el mundo, con más de 20.000 misioneros y los medios que disponen para funcionar. –

Muchas veces he sentido la falta de conocimiento que desde el púlpito se tiene de los dogmas católicos, no como se practican, sino teóricamente, como los sacerdotes lo estudian, ya que una cosa es el ejercicio de la Iglesia frente a la feligresía y sus manifestaciones externas y otra lo que realmente la Iglesia Católica expone en sus textos conciliares como dogmas de fe. La doctrina de la Iglesia Católica está en ciertos aspectos distorsionada la forma escrita, de la forma práctica, y esa distorsión, es imposible de retrotraer a la raíz, porque mucho de su entramado se vendría abajo y causaría una revolución que no se quiso cambiar en la Reforma y cada vez se fue alejando más, por intereses siempre materiales y de los hombres. Para la Iglesia Católica lo que Dios opine en Su Palabra (la Biblia), el Papa lo puede dar la vuelta, ya que su posición de “infalibilidad” le habilita para ello. En la interpretación papal o conciliar se puede dar a los fieles una interpretación doctrinal ajustada a los intereses de la Iglesia Católica según convenga, sin más; porque en los Concilios es donde se interpreta el sentido de lo que la Palabra de Dios dice y se ajusta a la línea que la Iglesia ha ido marcando en el discurrir del tiempo. Es por eso, que los fieles no “interpretan”, sino “acatan” sin más como "dogma de fe", lo que el Concilio o Sínodo determina. La obediencia debe ser ciega y sin reservas pues la Iglesia “nunca se equivoca”. Para los evangélicos esta postura es totalmente rechazable, ya que cada uno hemos sido hechos “reyes y sacerdotes”,. –

Por todo esto, para un creyente evangélico es muy importante conocer los dogmas y criterios católico-romanos para desenvolverse y ayudar con la Palabra de Dios las mentes que de por sí no piensan, porque son enseñadas a que no piensen de por sí, sino por su sacerdocio o clero. Nadie puede rebatir algo que no conoce y nosotros nos hemos cerrado en nuestro “mundo” y eso no es suficiente para evangelizar. Debemos estudiar sus dogmas y conocer sus puntos de vista, no vale presentarles el Evangelio, porque ya lo conocen, sino que hay que llevarles a la Ley (que también dicen conocer, pero no aplicar bien) a fin de posicionarlos frente a su propia realidad de pecador frente al Redentor y cuando vienen con sus alegatos doctrinales, hay que desmontarlos desde el conocimiento exhaustivo, no lo que practican, sino lo que dicen creer y nada tiene que ver con lo que hacen y viven.-

Nos escucharían mejor si estuviéramos bien documentados y con sus mismos libros de texto se lo pudiéramos enseñar. No hay peor mentira que la que está presentada o envuelta con la verdad. Por eso es muy difícil sino se está bien preparado en la materia contraria. Esto no se ha cuidado, por eso hay católicos sinceros que si se les mostrara su situación, buscarían la Verdad y la recibirían sin reservas.-

Es verdad que a lo que somos llamados es a: PROCLAMAR las Buenas Nuevas, pero no debemos olvidar que estamos dentro de un mundo que dice tener por base doctrinal la Biblia, lo mismo que nosotros, , pero que para interpretarla está la jerarquía y ésta les marca las pautas que ellos como “indoctos” no están facultados para interpretar "correctamente".-

Entonces, ¿cuál es la diferencia? Esa es la que debemos conocer nosotros, para establecerla. Los Apóstoles cuando predicaron las Buenas Nuevas, primeramente lo hicieron a los judíos que conocían las Escrituras y cuando era a los paganos, partían de los principios de Dios como Creador del Universo que vemos. Siempre hay que captar la atención del oyente desde su propio punto o situación en que se encuentre o crea, y señalarle a Cristo como Redentor y cumplidor de toda justicia divina.-

Dentro del campo evangélico es verdad que en muchas Iglesias, por el sistema de Escuela Dominical se han hecho estudios sistemáticos y han servido de mucha ayuda y conocimiento. La realidad, es que no en todas la Iglesias se hace este tipo de estudios y no para todas las edades tampoco, lo que hace que no se tenga una educación bíblica bien fundamentada. Pero respecto al estudio de los dogmas católicos, eso jamás se toca en profundidad, porque los mismos pastores no están preparados en ello, en base a considerarlo sin importancia no profundizan en su estudio.-

Vivimos en España que ya recibió el evangelio en el principio de la cristiandad y debemos conocer la Historia de la Iglesia y sus derivaciones para tratar de que la Verdad prevalezca y los errores se marginen y no lo contrario. Pensemos que es nuestra nación y nuestros hermanos. Otras religiones tratan de afincarse y con prisa por asentar sus doctrinas y plataformas de adiestramiento. Somos cristianos, y ese es el fin de la Iglesia, que muchos sean alcanzados por el Evangelio y sean salvos. No hacen falta muchos medios, hace falta coraje y un conocimiento más amplio y exhaustivo de lo que predicamos.-