jueves, 23 de octubre de 2008

"RESPUESTA AL COMENTARIO DE ALONSO"

Querido hermano Alonso:
¡Cuánto te agradezco tus comentarios! Es como una afirmación de lo que yo misma creo y he creído toda mi vida. Es verdad que a cada uno, en momentos puntuales el Señor nos ha dado revelación de algo que si bien conocíamos no lo teníamos interiorizado a fin de que también lo pudiéramos impartir y disfrutar en nuestra vida de relación con nuestro Dios. De otra forma, personalmente nunca me he ocupado de “discutir” doctrinas fuera del catolicismo, al que tuve que afrontar a los 18 años de una forma tremenda por la presión que se me hizo durante 6 meses en una Escuela del Servicio Social que se hacía entonces obligatoriamente para poder tener un pasaporte, que fue mi caso.-
Respecto a las diferentes denominaciones, nunca entré ni siquiera, a investigar cómo pensaban de las diferentes doctrinas y formas que nos diferenciaban. Por muchos años creí que estaba en la “más consecuente” con las Escrituras y me gustaba a veces visitar la Iglesia Reformada en Navidad y Semana Santa que cantaban el coro y el Pastor: D. Juan Fliedner solía predicar sin prejuicios el evangelio desde el púlpito de forma clara y diáfana, la Redención del Señor, y señalar toda la parafernalia que nos rodeaba por esos días, en el Madrid procesional con sus grandes procesiones y aspecto tétrico. Me he reunido en otras Iglesias, pero no con la misma frecuencia. Tampoco he recibido la cordialidad y disposición en alguna necesidad, como en la Iglesia Reformada y sus pastores. Parece una incongruencia, sabiendo que venía de la Iglesia Pentecostal y entonces no había el movimiento carismático siquiera, pero era en nuestra Iglesia donde siempre pudieron predicar libremente ellos, también otros, como los hermanos: D. Elías (Pastor) y D. Carlos Araujo primer director de la Sociedad Bíblica. Hemos tenido muchos, muchos cultos, donde predicaba un colportor (vendedor de Biblias itinerante) perteneciente a la Iglesia de los Hermanos, y otro anciano bautista de la Iglesia que estaba muy cerquita de la nuestra (c/General Lacy). Nunca hubo problemas doctrinales, Mi pastor jamás puso objeción alguno a estos hermanos y de verdad que jamás hablaron algo que pudiera ser polémico. Era su predicación válida para la salvación de almas y para exhortación al resto. Y Dios nos bendecía, nosotros nos alegrábamos con su ministerio. Bien es verdad que ellos jamás nos invitaron a ocupar su púlpito, ni a nuestro Pastor ni ancianos. Tampoco lo pretendimos, y por ello, tuvimos el gozo y privilegio de gozar de su compañía en la paz del Señor.-
No quise entrar al aspecto de cómo tú muy bien indicas, que en el plano horizontal existe un orden de relación de obediencia y autoridad que es bíblico. Para mí como para ti, (por tus palabras) creemos y damos por sentado que entra en el ejercicio del propio ministerio, el cual es acatado por el resto de la comunidad si es ejercido en humildad, y respaldado por la vida del que lo representa. Los ministerios realmente, debieran ser reconocidos. Si bien en su inicio, debe ser enviado el apóstol, para iniciar una obra nueva. Si se envía a alguien, es porque está reconocido en origen, como capaz en todo sentido para realizarlo. Yo he visto mucho desastre en el ejercicio de la labor misionera, justamente porque se parte de un error garrafal: enviar a novatos que en su lugar de origen nunca los tendrían como pastores. Pero si desean hacer “algo” por la misión, los mandan, y como es gente que no ha sido probada, son jóvenes y en el momento de “la prueba” que llega a todos, desgraciadamente se estrellan y con “dificultad se salvan”. Piensan los que los mandan a la misión, que como es para la salvación de almas que no conocen el evangelio, entonces vale cualquiera que va a proclamarlo. Pero es justamente lo contrario. No se puede lanzar al ruedo de una plaza nueva, donde los toros van a ser “miuras”, a un “espontáneo”. Esto es una falta de respeto al enemigo, y pronto éste, se dejará ver y sentir para destrozar y matar al que tiene enfrente. Lo malo de este desastre, es que ahí queda marcado el territorio a veces para la eternidad.-
El orden bíblico no es así. No todos en el principio fueron “Pedro ni Pablo”, pero sí, personas probadas y bien instruidas para ser cimiento de la Iglesia donde fueron puestos, siendo a la vez auxiliados y protegidos espiritualmente por los que toda la cristiandad reconocía como dignos del ministerio que ostentaban.-
Hoy, y es en lo que quise hacer hincapié, se envían como pastores de una Iglesia en un lugar, a personas que nadie vigila su enseñanza, ni su gobierno e incluso ya se parte de la premisa de que nadie tiene poder de injerencia en ello, ni siquiera el grupo de convertidos en el lugar. Los que lo “respaldan” (que realmente tampoco lo hacen), dicen que no lo deben hacer, más bien para que otros no lo hagan en su “féudo”, y así vamos levantando grupos que no hacen “mella” en el campo del enemigo de las almas. A eso, no lo teme el Diablo porque carece de la fuerza que da la convicción de la fe bien arraigada y probada, como el ejemplo que me has puesto del atleta. Esa fe Dios la premia siempre, porque Él mira lo que el hombre no mira: el corazón rendido y humilde que pone a Dios por encima de todas las cosas en su propia vida sin mirar el costo y lo hace por convicción.-
Comprendo que he sido algo drástica en mi exposición, pero es que estoy muy harta de ver, que los hombres hacen asociaciones, se reúnen para “sus temas” que a las Iglesias ni incumben, pero lo importante y que sí afecta a la obra espiritual del lugar, como es aunar criterios, colaborar en distintas formas conjuntamente y no tanto particularmente para no mirar la “gloria” individual y denominacional sino la del Señor, no se procura. Menos estadísticas y más realidad. Nadie cree de veras en las estadísticas, pero es lo único que pareciera importar, mientras que el Señor de la Mies, no es ni tenido en cuenta, para ver qué se necesita para la próxima temporada de labor en Su viña.- Es que esto, nunca como ahora está tan imperante en todas las denominaciones. Antes nadie pensaba en los números de personas y dinero. Ahora es lo que tenemos por “piedra de toque” para considerar si “merece la pena” o no, seguir en ese lugar o cerrarlo.-
Me gustaría que me enviaras tu dirección de correo por si tengo algo fuera de contexto que comunicarte. La mía es: vgboto33@gmail.com

lunes, 20 de octubre de 2008

"ACLARACIÓN PUNTUAL" V. Glez. Boto

ACLARACIÓN PUNTUAL SOBRE LA 1ª FRASE DE LA 2ªPARTE DE “ECUMENISMO”: ÓRDEN SACERDOTAL

Empecé mi Reflexión diciendo: “El Señor no habla a comunidades, no se dirige ahora a un sacerdocio instituido, no nos confundamos también en esto” Al leer esta frase: “El Señor no habla a comunidades”, pareciera que el Señor no pudiera hacerlo, o que hoy no lo siga haciendo. El sigue hablando a Su Iglesia a través de Su Palabra y por su Espíritu cuando Él quiere y sabe que lo necesita. Cada uno necesitamos escuchar más Su voz dentro de nosotros.-

En el Nuevo Testamento los Apóstoles escribieron cartas a las congregaciones repartidas por el mundo evangelizado, que el Espíritu Santo les inspiraba y ellos hacían llegar para instruir, exhortar y consolar a los hermanos. Cada una de esas cartas que conservamos en el Canon del Nuevo Testamento es PALABRA DE DIOS para los santos hasta el día de hoy y hasta que el Señor venga.-

Lo que quiero indicar al expresar que El Señor no habla a comunidades es: que el mensaje del Evangelio no es dado a un sacerdocio para impartirlo a su vez al resto de los creyentes, si no que ahora está dispuesto para cada uno. No es exclusividad de un magisterio. En el Antiguo Pacto el sacerdocio funcionaba como intermediario e intercesor entre Dios y el pueblo. En el Nuevo Pacto, Cristo es el Sumo sacerdote, a quien cada uno podemos dirigimos directamente para llegar al Padre, al Trono de la Gracia, de donde nos viene el oportuno socorro.-

El velo del Templo fue roto, no sólo el del Templo físico, sino que el acceso al Padre quedó establecido por Cristo Jesús para cada creyente sin necesidad de intermediarios.-

sábado, 18 de octubre de 2008

"ECUMENISMO" - V. Glez. Boto (2ª Parte y final)

“REPASO AL ÓRDEN SACERDOTAL ACTUAL Y EL CULTO CONGREGACIONAL”
No es mi intención sentar cátedra sobre el tema, simplemente exponer mi humilde opinión. Creo que el tema es tan amplio, que lo único que pretendo es exponer lo que creo sin pretender convencer a nadie, sino invitar a REFLEXIONAR en ello. Por eso invito al lector a ello y no a rupturas sin meditación, como en muchos casos han surgido por no buscar la dirección de Dios en oración.-

El Señor no habla a comunidades, no se dirige ahora a un sacerdocio instituido, no nos confundamos también en esto. Seguimos obsesionados como hombres, en que ahora también debemos ser dirigidos y gobernados por un sacerdocio humano. Pero no es así. En el Nuevo Pacto, o sea, por Cristo ahora CADA UNO es hecho rey y sacerdote (Apocalipsis 1.6). Su Iglesia está presente en la mínima representación y sin escalafón alguno: “Donde dos o tres se congregan en Su nombre allí está É”l. Y está, para todo lo que personal e individualmente necesitemos. Ahora no tenemos intermediario alguno, el mismo Señor, el Hijo de Dios “fue declarado por Dios, sumo sacerdote según el órden de Melquisedec” (Hebreos 5.10) Él fue el sacrificio perfecto y el sumo sacerdote que abrió el camino al Padre para que todo el que le recibe, tenga acceso directo al trono de la Gracia. Nadie es nuestro mediador, SOLO CRISTO, el cual está a la derecha del Padre en su Trono intercediendo por nosotros. Por ello y bajo su cobertura, tenemos acceso para presentar nuestras peticiones al Padre del cual recibimos como hijos su respuesta.-
Eso quiere decir que Su Iglesia no es una denominación, no es un sistema de ordenanzas reguladas por hombres. Sino la suma de todos los que han sido lavados en la sangre de Cristo y le reconocen como su Salvador personal y eterno. Los que por la fe escucharon el llamamiento del Evangelio y lo recibieron como único medio de salvación eterna. Esos son los que componen la Iglesia de Cristo en este mundo y un día reinarán también con Él.-
Esto lo decimos, lo enseñamos, pero no lo practicamos a ningún nivel. Por eso nos interesan los “dogmas” cerrados en sí mismos, para el sometimiento a las instituciones humanas que hemos creado, no para el crecimiento del reino de Dios. Es para nuestro provecho. No estamos mirando ni el deseo de Dios, ni lo que le agrada, porque eso, nos deja al margen de toda potestad y dominio sobre el grupo. Creo que no todos somos conscientes de la verdadera situación que subyace, porque la misma tradición en que nacemos nos hace ver todo como está instituido y no nos paramos a ver ni buscar más allá. Nos sometemos y tratamos de acoplarnos. Si algo vislumbramos distinto, pensamos que ¿quién somos nosotros para cambiar lo que por siglos está establecido? ¿Cómo vamos a desmontar tánto tinglado y sobre todo, algunos tan poderosos y extendidos? Pero no nos toca a nosotros, esa labor, porque ocurriría como en el caso del “trigo y la cizaña”: arrancaríamos con la cizaña el trigo y eso no es nuestra labor. Lo que sí nos incumbe a cada uno es buscar en las Escrituras con sabiduría e inteligencia espiritual lo que realmente somos en Cristo.-
Sé que me vais a remitir a Efesios 4:11-16. Sí, “Él constituyó a unos apóstoles; a otros profetas…”, pero eso no quiere decir que el Señor dispuso una jerarquía eclesiástica sino que cada uno, según el ministerio dado por el Espíritu Santo, lo ejercían en la congregación y su autoridad estaba basada en el ejercicio del mismo, y su solvencia: en la vida santificada de los que lo ejercían. No importaba el título del ministerio, ningún ministerio era considerado mayor que el otro, sino el testimonio de la vida que lo respaldaba para conseguir el respeto y aprobación del mismo. Además los ministerios ejercidos en las distintas congregaciones diseminadas por el mundo evangelizado, eran igualmente reconocidos y respetados por todo el mundo. No como ahora, que cada uno es establecido por su denominación, e incluso, hasta se establece por sí mismo.-
La instrucción no se conseguía en seminarios, sino en el vivir de cada día entre los hermanos y siendo instruidos por los maestros que en cada grupo existían. Pablo acostumbraba a dejar ancianos que instruían a los que iban llegando y de ahí sus cartas para seguir instruyendo a la congregación desde todos los ámbitos. Por eso eran estrictas las normas que el apóstol expuso para reconocer a los obispos como pastores de la grey. No sólo ellos, sino sus familias incluso, y no por la congregación solamente, sino por testimonio a los de fuera de ella. (Tito 1.5-16) No significa mayor prebenda, sino la misma, solamente que las responsabilidades son mayores, según afectan al grupo, y de ninguna forma para estar en superioridad sobre el resto, sino en mayor y más estricto servicio y ejemplo.-
Debido a estos sistemas se produce la separación entre los grupos. No nos ayudamos a crecer en la Gracia, solamente la “gracia nuestra” es la verdadera. No puede tocarse nuestro estamento, porque si no, ¿qué sería de nuestras prebendas y posición eclesiástica? Y por estas cuestiones humanas, cada grupo se constituye en “cabeza de ratón”, porque nadie quiere someterse a la Cabeza del León de la tribu de Judá. Él es sin embargo, mucho más magnánimo que los “ratoncitos humanoides”. Su visión es más amplia de miras, aunque no permisiva.-
Si fuéramos sencillos de corazón, no habría tanta jerarquización denominacional y el ser “uno” con Cristo y los demás cristianos, podría ser una realidad espiritual y hasta física.- El problema es que la Iglesia se ha desarrollado en el gobierno piramidal mundano desde Constantino el Grande, y cuando alguien se ha levantado a declarar las verdades escriturales de la iglesia apostólica, cuyos conceptos básicos ya el profeta Joel había anunciado y en el primer discurso del apóstol Pedro se ponen en claro, nos es tan lejano ese mensaje, que ni nos parece apropiado para nuestros días. Dice en Hechos 2.14:
”Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Más esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros días, dice Dios. Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones.. Y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo. Y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”
En las distintas épocas que Dios ha levantado Su voz para recriminar a la Iglesia sus desvíos, se ha tratado de acallar las voces y pocos han aceptado el cambiar el rumbo de sus vidas por lo que ello les representaba. Algunos como Lutero y en otros siglos anteriores ( ej. ya en el siglo XI se conoce a los cátaros que se separaron de la Iglesia de Roma), trataron de llamar la atención para volver a las doctrinas escriturales. Pero 1500 años de desvíos sin contención, resultó ser demasiado para llegar a las fuentes del cristianismo, y ahí estamos cada uno con nuestros conceptos, todos ellos respetables pero no concluyentes. Dice en el verso 17 al 18 a.i. refiriéndose al nuevo Orden espiritual o Iglesia: “Y en los postreros días. Dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre TODA CARNE.Y vuestros hijos y vuestras hijas (no hay diferencia de sexo) profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños (no hay edades). Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas (no hay ni estrato ni estatus social vinculante) en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán”.
Esta es la Congregación del Nuevo Orden Sacerdotal cristiano que el Señor estableció en el Nuevo Pacto, el nuestro, hasta que Él venga. ¿Se pueden imaginar lo que sería entrar en una congregación cuando está reunida y con orden y santo temor se levanta un joven y profetiza lo que Dios le ha dado, y otra joven (¡mujer!) hace lo mismo; y después de un cántico general o individual, un anciano nos relata el sueño que ha recibido del Señor y quiere trasmitirnos para que alguien pueda incluso realizarlo y así, de uno a otro, pasáramos alguna hora juntos y el que preside nos despide en la paz del Señor? Otro día, nos juntamos y leemos la Escritura para conocer lo que el Señor desea y le agrada, meditando en ella. Exponiendo unos sus alegrías y otros sus problemas, para unánimemente llevarlos en agradecimiento a la Presencia del Señor en oración y ruego… ¡Cuánto bien recibiría nuestro ser entero en esa unión espiritual conjunta!
Claro que estas reuniones, no les gustarían a los protagonistas que actualmente “ministran”en los cultos de todas las denominaciones. No haría falta tanta parafernalia, que a veces es hasta costosa, y la sencillez de corazón y medios, darían más solemnidad y buena disposición a la iglesia congregada y mejor impresión en los visitantes. Creo que a éstos, les debe resultar muy difícil en algunos de nuestros cultos, pensar que están en la Presencia de Dios y que Él preside aquella celebración, unas por falta de contenido y otras por exceso de protagonismo.-
Me hace gracia cuando decimos que somos “evangélicos”. No sé a qué nos referimos. Cuando decimos qué somos. Debería reflejarse en nuestro vivir la procedencia. Pero me parece que nadie nos reconocería como tales, ni nuestras reuniones congregacionales tienen nada que ver con aquellas a las que los apóstoles remitían sus cartas para instruirles y leían en TODAS las iglesias de los distintos países inclusive. No es que tengamos que imitarles. No es que tengan las mismas características, cada sitio y época tiene las suyas, pero me resulta indignante a veces, el que para ciertas cosas digamos: “la Palabra dice…” y tenga que ser literal y cuando nuestros “montajes” no se sostienen, nos acojamos a: “la Palabra quiere decir…”.-
Esto sería interminable y para reflexionar concienzudamente, con toda honestidad y mansedumbre bajo la dirección del Espíritu Santo que nos guía a toda verdad, como se nos prometió, pero al que no buscamos realmente, para así, poder seguir obstinadamente en nuestros propios caminos.-

miércoles, 15 de octubre de 2008

"LLENOS DEL CONOCIMIENTO DE SU VOLUNTAD" V. Glez. Boto


“Que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios” Colosenses 1.9-11
Pablo anhela de todo corazón que fueran llenos del conocimiento de Su voluntad. Nada más comenzar a escribir a los colosenses y reconocerles su amor por todos los santos, les reconoce también que tienen fe en Cristo Jesús y amor a todos los santos. Parecía que lo tenían todo, pero Pablo les expresa aún su más íntimo deseo el cual es que: “desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual….”.
Pablo en cada lugar que se convertían al evangelio, encomendaba a algún hermano el cuidado de la grey. Esto no mermaba para nada su personal atención y diligencia para instruirles y por escrito enseñar todo lo que él mismo recibía del Señor para dar. El dice también “no cesamos de orar por vosotros”. Involucraba a los que estaban cerca de él en que orasen y tuvieran carga por los recién convertidos de todo lugar. Debían crecer y hacerlo sobriamente, no deficientemente. Encomendaba los unos a los otros para orar y esto fomentaba el amor y cuidado que era el meollo de la comunión de los santos. Debemos pensar que hoy es lo mismo, nada ha cambiado: si oras por un hermano o una congregación con amor y fervor, te sentirás involucrado, si no entran en tu relación con Dios, no tienes comunión tampoco.-
Pablo expresa el deseo de su corazón a los colosenses para redondear lo que pudiera aún faltarles en la continuidad de su vivir cristiano. Para que puedan"andar como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforma a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad” (Col. 1.10-11). Para ello dice que “no cesamos de orar y pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad EN TODA SABIDURÍA E INTELIGENCIA ESPIRITUAL” (v. 9).-
¡Qué diferente es el método paulino, al que se aplica hoy para adquirir el conocimiento de la voluntad divina! ¡Nada que ver…!
El caso es que no existe otro para obtener el resultado debido, más que el que Pablo aplicaba. Si es que deseamos adquirir dicho conocimiento, pero si es otro el que nos preocupa, entonces puede que sirva el que cada “escuela” aplica.-
Conocer la voluntad de Dios nos lleva a Su Palabra y buscar en ella Su voluntad"para andar como es digno del Señor, agradándole en todo y llevando fruto en toda buena obra..." Esto debe procurar cada uno en oración delante de Dios, pidiéndole ser lleno del conocimiento de la misma, pero “En toda sabiduría e inteligencia espiritual”.-
Pablo no se dirige a los creyentes superfluamente ni superficialmente. Sus enseñanzas dijo el mismo apóstol Pedro que eran profundas y de difícil comprensión. Pablo siempre contaba con El Ayudador el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad que nos conduce a toda Verdad, el fue derramado para ministrar a la Iglesia, y a cada uno particularmente también, abriendo nuestras mentes para introducirnos en las verdades gloriosas que nos hacen libres en Cristo Jesús.-
Es curioso ver que en sus cartas nunca les indicó otra fuente de verdad que les aclarara nada. Creo que en aquellos tiempos, las escuelas filosóficas abundaban, han llegado hasta nuestros días las de entonces. Pero la VOLUNTAD de Dios no se conoce, ni se adquiere su CONOCIMIENTO, fuera de la Escritura y la iluminación del Espíritu Santo.-
Hoy se mandan a los que desean pastorado, a Seminarios y se requiere una preparación intelectual previa y acreditada para entrar a ellos. Es bueno y necesario siempre todo bagaje de conocimiento, porque en esa medida podremos ser más útiles. Pero dado que la Iglesia del Señor es tan amplia en todo sentido, podemos cada uno ser útiles si buscamos de Dios nuestro ministerio, conforme al don de Dios que a cada uno le ha sido dado, y si podemos desarrollarlo sin impedimentos. (Digo esto, porque también hay situaciones que por la carnalidad de los que presiden, nada aprovecha) En el reino de los cielos hay lugar para todos, y todos estamos llamados al CONOCIMIENTO de la voluntad de Dios para tener una vida victoriosa como hijos de Dios que somos. Ese conocimiento solo viene de lo alto, del Padre de las Luces.-
Sabiduría e inteligencia podemos demandarlas del Señor porque El promete dar al que la demanda (Santiago 1.5):”Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, y sin reproche y le será dada”. Pablo no es un hombre arrogante, es un hombre prudente, pero conocedor de todos los privilegios que como hijo de Dios tenemos. Sabía y procuraba saber para servir a Dios de la mejor manera posible. No por vanagloria, sino para utilidad de la Iglesia del Señor. Mucho le fue revelado, muchos misterios le fueron aclarados, tanto, que no encuentra ni palabras en los idiomas que conocía y había estudiado, para expresar todo lo que el Señor le había mostrado y hecho partícipe de ello. Por eso él como ninguno, sentía la necesidad de que los demás entraran en el conocimiento pero no mundano sino el divino; lleno de toda sabiduría e inteligencia espiritual.-
El conocimiento solamente, no es suficiente. El espíritu no encuentra su alimento en el conocimiento intrínseco. Para que sea eficaz y produzca la vida espiritual que debemos tener, ese conocimiento debe estar saturado de sabiduría e inteligencia espiritual. Dice Santiago también en el cp. 3.17 que “la sabiduría que es de lo alto, es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos sin incertidumbre ni hipocresía”. Una Iglesia cuyos componentes están formándose y creciendo en esa premisa espiritual, es una Iglesia donde el Espíritu Santo tiene el control y sus dones fluyen y los frutos el mundo los ve y glorifican al Padre. No hay escuela humana donde el hijo de Dios alcance tan alto nivel de preparación para servir, vivir y convivir en este mundo, como la congregación local bien enseñada bajo esta dirección.
El Rector de esta Facultad Divina se llama: ESPIRITU SANTO
Libros de texto: Antiguo y Nuevo Testamento
Horarios: de Lunes a Domingo de 1 a las 24 horas

viernes, 3 de octubre de 2008

"ECUMENISMO" V. Glez. Boto

Es verdad que la cristiandad está muy diversificada. Todos nos llamamos cristianos, pero cada uno ve a Cristo desde su óptica. Podíamos decir lo mismo del judaísmo. Incluso los seguidores de Alá y su Profeta Mahoma no todos piensan igual, cada rabino o ayatolá difieren de punto de vista e interpretan la misma doctrina bajo lo que cada escuela indica. No vamos a entrar en ello, sino en lo que nos afecta al cristianismo en concreto y actualmente.-
La óptica que aplicamos generalmente respecto a Cristo, es aquella en que le descubrimos. Generalmente, bajo la que nos enseñaron a conocerle. Unos le hemos descubierto de perfil, otros de frente. Aún así podemos decir que hay perfil izquierdo y derecho, frente y parte posterior del cuerpo. Esta forma de expresarme es para singularizar lo que las diferentes denominaciones hemos forjado según la percepción humana, de algo tan grande, como todo un Dios Creador y la relación personal de cada uno con Él, según las directrices recibidas por la Palabra que nos dejó como guía y reflejo de Su voluntad, para cumplirla y agradarle aquí, y por fin, gozar de Su Presencia por la eternidad.-
Pero, ¿no será que cada uno vemos un Jesús diferente por causa del "prisma" de nuestro “cristal”? ¿No será que por eso, hasta sus Palabras en el evangelio las interpretamos ajustadas a esas “dioptrías denominacionales” en que cada uno “vimos” por primera vez la figura de Cristo?
Cuando se examina este tema y su efecto en la cristiandad por siglos, resulta extraño que cada vez nos encontremos con más diversidad de grupos y que cuando alguien que tiene algún poder de convocatoria hace un llamamiento a la unidad, no se presenten más que inconvenientes, en vez de buena disposición para limar diferencias.-
Lo que ocurre, es que no queremos salir de la visión primera de cada uno. Lo que aceptamos en principio, sin discusión ni idea preconcebida y tampoco lo pusimos en tela de juicio al interiorizarlo como “verdad absoluta”. En el mejor de los casos, aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, pero las doctrinas, las recibimos estipuladas por los “maestros” de nuestras congregaciones, siendo éstas las que nos distancian al enfatizar cada uno en un punto por "descubrirlo" y creerlo de vital importancia y por ello pensar, que donde otros enfatizan es un error craso muchas veces, o como poco, sin relevancia alguna.-
Hay un refrán que podríamos aplicar y sin equivocarnos nada:”Cada maestrillo tiene su librillo”. Esos maestros nos enseñaron "su verdad"; como ellos la habían percibido bajo su prisma que creían que era el más completo y que fuera de ese "ángulo de visión", todo lo demás es distorsión y anatema.-
Pues NO, nadie es poseedor de TODA LA VERDAD. Cristo en toda su grandeza nadie lo ha alcanzado. Es demasiado para el ser humano abarcarlo aquí y ahora. Lo grande de Dios es que hizo asequible para todo ser humano la Puerta hacia la gran inmensidad de su grandeza por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Es por medio de la cual (Cristo), que TODOS tenemos acceso al disfrute de todo lo que el Padre ha dispuesto para nosotros,a los que hemos determinado recibir lo que había desde el principio dispuesto para nosotros. Los que no pasan por esa Puerta, aunque lo tienen a su disposición, se quedan fuera y no lo disfrutan ni disfrutarán. Así de fácil y así de duro.-
Porque otros tengan otra visión de lo que haya dentro de esa Puerta, esa será su mayor o menor disfrute, pero no por eso están fuera del reino de Dios. ¿Y acaso soy yo quién juzga al que está dentro? ¿No será el Señor el que hará la distribución de sus riquezas en gloria? ¿Está por eso condenado?
Es una pena que no podamos disfrutar más ampliamente de todo lo que para sus hijos el Señor ha deparado en esta vida, sin esperar a la venidera. Pero eso no quiere decir que estamos perdidos y que jamás podremos llegar a ella, ni podamos gozar de la comunión de los santos ya en esta vida sin descriminacion denominacional.-
Sería muy conveniente que tuviéramos más encuentros para estudiar Su Palabra juntos, y en foros más abiertos y sin prejuicios, que tantos musicales y conferencias, cada uno en su círculo y reducto privado. Es curioso que si alguien se “cuela” y lanza una objeción o insinúa alguna cosa que nos saca de nuestro esquema, lo rechazamos como “publicano o hereje” invitándole a dejarnos en nuestra “cristiana paz” o “paz de los muertos” (mejor dicho).-
Se comprende que apearse de las creencias preconcebidas por muchos años, no es fácil, hay que tener mucho coraje para hacerlo público porque esto puede llevar a tocar nuestro “modus vivendi”, amistades y círculos en los que nuestra vida tanto familiar como de amistades está apoyada. Pero todo ello es porque entre los cristianos incluso, no llegamos a cumplir ni el segundo mandamiento: “amar al prójimo como a nosotros mismos” o celo por defender la "causa divina".-
¿Por qué si un hermano en una congregación llega a un convencimiento que difiere doctrinalmente del resto hay que excomulgarle? ¿Quién somos nosotros para hacerlo? ¿Piensa cualquier denominación que sólo en su reducto están los que van a entrar al cielo? ¿Qué debería hacer el Señor con aquellos que no creen en lo que El ha dicho y ellos aún no entienden y por lo tanto, no lo aplican en sus vidas? ¿Lo envía directamente al infierno? ¡Cuántas cosas nos perdemos por nuestra falta de luz divina, la del Espíritu que fue derramado para que la Iglesia se apropie de Sus riquezas y las disfrute hoy!: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14.26)
¡Cómo debe estar el Señor de triste con nosotros por tanta torpeza; teniéndolo todo a nuestra disposición y alcance, no le dejamos obrar en nuestras vidas y entre nosotros!
Continuará