miércoles, 15 de octubre de 2008

"LLENOS DEL CONOCIMIENTO DE SU VOLUNTAD" V. Glez. Boto


“Que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios” Colosenses 1.9-11
Pablo anhela de todo corazón que fueran llenos del conocimiento de Su voluntad. Nada más comenzar a escribir a los colosenses y reconocerles su amor por todos los santos, les reconoce también que tienen fe en Cristo Jesús y amor a todos los santos. Parecía que lo tenían todo, pero Pablo les expresa aún su más íntimo deseo el cual es que: “desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual….”.
Pablo en cada lugar que se convertían al evangelio, encomendaba a algún hermano el cuidado de la grey. Esto no mermaba para nada su personal atención y diligencia para instruirles y por escrito enseñar todo lo que él mismo recibía del Señor para dar. El dice también “no cesamos de orar por vosotros”. Involucraba a los que estaban cerca de él en que orasen y tuvieran carga por los recién convertidos de todo lugar. Debían crecer y hacerlo sobriamente, no deficientemente. Encomendaba los unos a los otros para orar y esto fomentaba el amor y cuidado que era el meollo de la comunión de los santos. Debemos pensar que hoy es lo mismo, nada ha cambiado: si oras por un hermano o una congregación con amor y fervor, te sentirás involucrado, si no entran en tu relación con Dios, no tienes comunión tampoco.-
Pablo expresa el deseo de su corazón a los colosenses para redondear lo que pudiera aún faltarles en la continuidad de su vivir cristiano. Para que puedan"andar como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforma a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad” (Col. 1.10-11). Para ello dice que “no cesamos de orar y pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad EN TODA SABIDURÍA E INTELIGENCIA ESPIRITUAL” (v. 9).-
¡Qué diferente es el método paulino, al que se aplica hoy para adquirir el conocimiento de la voluntad divina! ¡Nada que ver…!
El caso es que no existe otro para obtener el resultado debido, más que el que Pablo aplicaba. Si es que deseamos adquirir dicho conocimiento, pero si es otro el que nos preocupa, entonces puede que sirva el que cada “escuela” aplica.-
Conocer la voluntad de Dios nos lleva a Su Palabra y buscar en ella Su voluntad"para andar como es digno del Señor, agradándole en todo y llevando fruto en toda buena obra..." Esto debe procurar cada uno en oración delante de Dios, pidiéndole ser lleno del conocimiento de la misma, pero “En toda sabiduría e inteligencia espiritual”.-
Pablo no se dirige a los creyentes superfluamente ni superficialmente. Sus enseñanzas dijo el mismo apóstol Pedro que eran profundas y de difícil comprensión. Pablo siempre contaba con El Ayudador el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad que nos conduce a toda Verdad, el fue derramado para ministrar a la Iglesia, y a cada uno particularmente también, abriendo nuestras mentes para introducirnos en las verdades gloriosas que nos hacen libres en Cristo Jesús.-
Es curioso ver que en sus cartas nunca les indicó otra fuente de verdad que les aclarara nada. Creo que en aquellos tiempos, las escuelas filosóficas abundaban, han llegado hasta nuestros días las de entonces. Pero la VOLUNTAD de Dios no se conoce, ni se adquiere su CONOCIMIENTO, fuera de la Escritura y la iluminación del Espíritu Santo.-
Hoy se mandan a los que desean pastorado, a Seminarios y se requiere una preparación intelectual previa y acreditada para entrar a ellos. Es bueno y necesario siempre todo bagaje de conocimiento, porque en esa medida podremos ser más útiles. Pero dado que la Iglesia del Señor es tan amplia en todo sentido, podemos cada uno ser útiles si buscamos de Dios nuestro ministerio, conforme al don de Dios que a cada uno le ha sido dado, y si podemos desarrollarlo sin impedimentos. (Digo esto, porque también hay situaciones que por la carnalidad de los que presiden, nada aprovecha) En el reino de los cielos hay lugar para todos, y todos estamos llamados al CONOCIMIENTO de la voluntad de Dios para tener una vida victoriosa como hijos de Dios que somos. Ese conocimiento solo viene de lo alto, del Padre de las Luces.-
Sabiduría e inteligencia podemos demandarlas del Señor porque El promete dar al que la demanda (Santiago 1.5):”Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, y sin reproche y le será dada”. Pablo no es un hombre arrogante, es un hombre prudente, pero conocedor de todos los privilegios que como hijo de Dios tenemos. Sabía y procuraba saber para servir a Dios de la mejor manera posible. No por vanagloria, sino para utilidad de la Iglesia del Señor. Mucho le fue revelado, muchos misterios le fueron aclarados, tanto, que no encuentra ni palabras en los idiomas que conocía y había estudiado, para expresar todo lo que el Señor le había mostrado y hecho partícipe de ello. Por eso él como ninguno, sentía la necesidad de que los demás entraran en el conocimiento pero no mundano sino el divino; lleno de toda sabiduría e inteligencia espiritual.-
El conocimiento solamente, no es suficiente. El espíritu no encuentra su alimento en el conocimiento intrínseco. Para que sea eficaz y produzca la vida espiritual que debemos tener, ese conocimiento debe estar saturado de sabiduría e inteligencia espiritual. Dice Santiago también en el cp. 3.17 que “la sabiduría que es de lo alto, es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos sin incertidumbre ni hipocresía”. Una Iglesia cuyos componentes están formándose y creciendo en esa premisa espiritual, es una Iglesia donde el Espíritu Santo tiene el control y sus dones fluyen y los frutos el mundo los ve y glorifican al Padre. No hay escuela humana donde el hijo de Dios alcance tan alto nivel de preparación para servir, vivir y convivir en este mundo, como la congregación local bien enseñada bajo esta dirección.
El Rector de esta Facultad Divina se llama: ESPIRITU SANTO
Libros de texto: Antiguo y Nuevo Testamento
Horarios: de Lunes a Domingo de 1 a las 24 horas

2 comentarios:

Alonso dijo...

Querida hermana: ¡Cuán importante es el conocimiento de Su voluntad! Pero para acceder a ese conocimiento hay que: Conocerse a uno mismo (que uno llega a ser el peor enemigo), conocer al adversario, y ante todo conocer a Dios -que es la inteligencia- y para ello todo lo que Dios pide es un corazón dispuesto. El resto por gracia lo hace El por medio del Espíritu Santo, que sin El nada podemos hacer. Y tenemos los instrumentos de la Palabra, la oración y la comunión con los Santos, todos ellos utilizados por y mediante el Santo Espíritu. Sin El quedaría todo en una mera religión en el sentido ritual e idolátrico de la palabra. Por todo ello, llevaremos Su cruz y nos tendremos que ir negando y despojando a nosotros mismos, en la gracia y no en la ley. Y una de las cosas que efectivamente tendremos que despojarnos en su momento es del paquete de referencias y esquemas mundanos que esta sociedad introduce sutilmente en las iglesias. Porque, recordemos, que el Enemigo es especialista en destruir a través de toda área del ser humano no rendida a Dios, claro está de manera sutil y engañosa actitud. Por eso en tan importante que Dios muestre las verdaderas intenciones de nuestro corazón. Muchas cosas se hacen que son en principio bíblicas, pero lo importante es conocer verdaderamente a Dios y conocernos para discernir si la verdadera intención y actitud es la del Espíritu o la carnal. Por todo ello, por ejemplo, nos encontramos que es bueno el seminario, pero no es ni imprescindible ni sustituye en absoluto a la relación y enseñanza personal de la persona con Dios (que al que llama capacita), sino que es una simple herramienta en manos de Dios para conocer intelectualmente Su Palabra, que puede utilizarla eficazmente el Espíritu Santo. Con el seminario también existe el peligro de dejar fuera personas llamadas a ser pastores por Dios que no han tenido la oportunidad de cursar estos estudios, y a la vez considerar como personas levantadas por Dios a quien los cursa -quizá ellos mismos estudian con la mejor de las intenciones o porque viene de familia, pero sin ser llenos del conocimiento de Su voluntad para sus vidas-, con lo que acabamos reduciendo todo a una "profesionalización" del gremio, al sacerdocio según Aarón o según Leví, a una imitación -¿quién es el gran imitador?- que da frutos en la carne. Porque el verdadero sacerdocio es según Melquisedec, al que estamos llamados no sólo los pastores sino todos, cada uno en su ministerio, porque Dios no sólo levanta pastores. Pero de esto, que tire la primera piedra el que esté libre de culpa en algún momento de su vida, y yo soy el primero en ser culpable.
Que Dios, que es Amor, Justicia y Verdad, te bendiga.

VICTORIA dijo...

Alonso: Me ha parecido muy interesante y acertado tu comentario. Es verdad que en la medida que nos conocemos, apreciamos las carencias y buscamos las riquezas que el Señor tiene ya dispuestas para saciarlas. Eso lo descubrimos tan pronto nos presentamos ante el Señor y entonces su Espíritu nos las revela, nos dá luz para entender el misterio de Su Palabra y ahí encontramos la fuente de vida. Hoy he puesto algo que no me atrevía a tocar por ser tema muy distendido, pero creo que es necesario que los creyentes "piensen" y no dejen la mente dormitar y se dejen llevar por las corrientes instituidas sin reflexionar "por dónde nos andamos" de la Senda verdadera.-
Un abrazo