viernes, 3 de octubre de 2008

"ECUMENISMO" V. Glez. Boto

Es verdad que la cristiandad está muy diversificada. Todos nos llamamos cristianos, pero cada uno ve a Cristo desde su óptica. Podíamos decir lo mismo del judaísmo. Incluso los seguidores de Alá y su Profeta Mahoma no todos piensan igual, cada rabino o ayatolá difieren de punto de vista e interpretan la misma doctrina bajo lo que cada escuela indica. No vamos a entrar en ello, sino en lo que nos afecta al cristianismo en concreto y actualmente.-
La óptica que aplicamos generalmente respecto a Cristo, es aquella en que le descubrimos. Generalmente, bajo la que nos enseñaron a conocerle. Unos le hemos descubierto de perfil, otros de frente. Aún así podemos decir que hay perfil izquierdo y derecho, frente y parte posterior del cuerpo. Esta forma de expresarme es para singularizar lo que las diferentes denominaciones hemos forjado según la percepción humana, de algo tan grande, como todo un Dios Creador y la relación personal de cada uno con Él, según las directrices recibidas por la Palabra que nos dejó como guía y reflejo de Su voluntad, para cumplirla y agradarle aquí, y por fin, gozar de Su Presencia por la eternidad.-
Pero, ¿no será que cada uno vemos un Jesús diferente por causa del "prisma" de nuestro “cristal”? ¿No será que por eso, hasta sus Palabras en el evangelio las interpretamos ajustadas a esas “dioptrías denominacionales” en que cada uno “vimos” por primera vez la figura de Cristo?
Cuando se examina este tema y su efecto en la cristiandad por siglos, resulta extraño que cada vez nos encontremos con más diversidad de grupos y que cuando alguien que tiene algún poder de convocatoria hace un llamamiento a la unidad, no se presenten más que inconvenientes, en vez de buena disposición para limar diferencias.-
Lo que ocurre, es que no queremos salir de la visión primera de cada uno. Lo que aceptamos en principio, sin discusión ni idea preconcebida y tampoco lo pusimos en tela de juicio al interiorizarlo como “verdad absoluta”. En el mejor de los casos, aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, pero las doctrinas, las recibimos estipuladas por los “maestros” de nuestras congregaciones, siendo éstas las que nos distancian al enfatizar cada uno en un punto por "descubrirlo" y creerlo de vital importancia y por ello pensar, que donde otros enfatizan es un error craso muchas veces, o como poco, sin relevancia alguna.-
Hay un refrán que podríamos aplicar y sin equivocarnos nada:”Cada maestrillo tiene su librillo”. Esos maestros nos enseñaron "su verdad"; como ellos la habían percibido bajo su prisma que creían que era el más completo y que fuera de ese "ángulo de visión", todo lo demás es distorsión y anatema.-
Pues NO, nadie es poseedor de TODA LA VERDAD. Cristo en toda su grandeza nadie lo ha alcanzado. Es demasiado para el ser humano abarcarlo aquí y ahora. Lo grande de Dios es que hizo asequible para todo ser humano la Puerta hacia la gran inmensidad de su grandeza por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Es por medio de la cual (Cristo), que TODOS tenemos acceso al disfrute de todo lo que el Padre ha dispuesto para nosotros,a los que hemos determinado recibir lo que había desde el principio dispuesto para nosotros. Los que no pasan por esa Puerta, aunque lo tienen a su disposición, se quedan fuera y no lo disfrutan ni disfrutarán. Así de fácil y así de duro.-
Porque otros tengan otra visión de lo que haya dentro de esa Puerta, esa será su mayor o menor disfrute, pero no por eso están fuera del reino de Dios. ¿Y acaso soy yo quién juzga al que está dentro? ¿No será el Señor el que hará la distribución de sus riquezas en gloria? ¿Está por eso condenado?
Es una pena que no podamos disfrutar más ampliamente de todo lo que para sus hijos el Señor ha deparado en esta vida, sin esperar a la venidera. Pero eso no quiere decir que estamos perdidos y que jamás podremos llegar a ella, ni podamos gozar de la comunión de los santos ya en esta vida sin descriminacion denominacional.-
Sería muy conveniente que tuviéramos más encuentros para estudiar Su Palabra juntos, y en foros más abiertos y sin prejuicios, que tantos musicales y conferencias, cada uno en su círculo y reducto privado. Es curioso que si alguien se “cuela” y lanza una objeción o insinúa alguna cosa que nos saca de nuestro esquema, lo rechazamos como “publicano o hereje” invitándole a dejarnos en nuestra “cristiana paz” o “paz de los muertos” (mejor dicho).-
Se comprende que apearse de las creencias preconcebidas por muchos años, no es fácil, hay que tener mucho coraje para hacerlo público porque esto puede llevar a tocar nuestro “modus vivendi”, amistades y círculos en los que nuestra vida tanto familiar como de amistades está apoyada. Pero todo ello es porque entre los cristianos incluso, no llegamos a cumplir ni el segundo mandamiento: “amar al prójimo como a nosotros mismos” o celo por defender la "causa divina".-
¿Por qué si un hermano en una congregación llega a un convencimiento que difiere doctrinalmente del resto hay que excomulgarle? ¿Quién somos nosotros para hacerlo? ¿Piensa cualquier denominación que sólo en su reducto están los que van a entrar al cielo? ¿Qué debería hacer el Señor con aquellos que no creen en lo que El ha dicho y ellos aún no entienden y por lo tanto, no lo aplican en sus vidas? ¿Lo envía directamente al infierno? ¡Cuántas cosas nos perdemos por nuestra falta de luz divina, la del Espíritu que fue derramado para que la Iglesia se apropie de Sus riquezas y las disfrute hoy!: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14.26)
¡Cómo debe estar el Señor de triste con nosotros por tanta torpeza; teniéndolo todo a nuestra disposición y alcance, no le dejamos obrar en nuestras vidas y entre nosotros!
Continuará

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