miércoles, 22 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 23 DE DICIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XXXIII
Continuación…
Muchos están contentos pensando que han hecho lo mejor que han podido para servir a Dios como asunto de deber. Con una fe viva no es así. El que cree verdaderamente pondrá a punto no sólo la leña e inmolará la víctima, sino que anhelará que descienda el fuego del cielo para consumir el sacrificio; desea tener una muestra decisiva, la luz del rostro de Dios, una prueba de que el sacrificio le agrada y le es aceptable. No vive en temor ante una religión autoimpuesta, y no busca meramente servir a Dios con todo el fervor que Él ordena, sino que desea conocer en toda ocasión que Dios se deleita en sus sacrificios. Y por medio del ejercicio secreto y bienaventurado de la comunión con el Sumo Sacerdote en el cielo, que el Espíritu Santo mantiene en una interacción viva con nuestro espíritu, esto es realmente concedido a cada uno que posee una fe semejante. El creyente aprensivo puede saber que Dios se ha complacido en su sacrificio.
La oración de David nos enseña además que cuando Dos se deleita así en los sacrificios de justicia, Su pueblo también se deleita en ellos. “Entonces te agradarán los sacrificios…ofrecerán becerros sobre tu altar”. Sí, es fácil concebir que nada incitará más poderosamente al servicio abundante y gozoso que la bendita certeza de que Dios se deleita en ellos. Muchos aprenden por experiencia a testificar que lo que les desanima a buscar al Señor es que no saben si la búsqueda fue aceptable, si Dios se agradó de ella. Por otra parte, cuando sabemos que Dios se deleita en nuestros esfuerzos y que cada sacrificio es gozo para Él, nuestro corazón se enardece y cobra aliento para el deber y el sacrificio mismo es un gozo y un deleite. Sí, el secreto de la verdadera religión, de una entrega personal gozosa y de una perfecta obediencia, es el gozo de la seguridad de que Dios se deleita en nuestros sacrificios.”Entonces ofreceremos becerros sobre tu altar”.
Será un momento glorioso cuando a la luz del rostro de Dios, su pueblo, gozosos y deseosos se consagren totalmente a Él. Que este pensamiento nos inspire a orar con mayor fervor: “Haz bien con tu benevolencia a Sión; reedifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y ofrendas enteras, entonces ofrecerán becerros sobre tu altar” Y que cada vez que oremos “Ten piedad de mí, oh Dios mío” y cada vez que experimentemos la respuesta, nos corrobore en la confianza de que nuestro Dios hará bien con su benevolencia a Sión, y que el tiempo está muy cerca en que su gran congregación llevará el nombre de HEFZI-BÁ: Jehová tiene deleite en ella. Isaías 62.4
F I N
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Isaías 62.4: “Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá (Esto es. Mi deleite está en ella), y tu tierra, Beula; (Esto es, Desposada), porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada”

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