jueves, 27 de marzo de 2008

"¡EL BALANCE PERFECTO!" G. de Ávila

INTRODUCCIÓN:
La versión del Padre Nuestro contenida en el capítulo once, versículos del uno al cuatro del Evangelio según San Lucas, dice de la siguiente manera:"Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: ´Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos´. Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos
, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestro pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal". Hasta aquí la versión que Lucas nos da. San Mateo termina la oración agregando las palabras: "Porque tuyo es el reino y el poder, y la gloria por todos los siglos. Amén".-
Según San Lucas, lo que origina que Cristo dé a sus discípulos esta clásica oración, es el ruego de uno de éstos que dijo al Señor: "Enséñanos a orar" . Es importante que notemos el fondo que nos proporciona Lucas de la petición del discípulo. "Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó de orar, uno de sus discípulos le dijo:´Señor, enséñanos a orar".-
En ocasiones Jesús de apartaba solo a lugares desiertos, para dedicarse a la oración, pero esta vez parece que estaba orando cerca del discípulo que hace la petición. El tener este dato en cuenta arroja luz sobre el verdadero significado de la petición del discípulo. Ello nos permite elaborar su petición de la siguiente manera: "Enséñanos a orar en la forma en que tú oras" Los discípulos eran judíos, por lo tanto es muy difícil imaginarlos como no habiendo orado antes. la vida judía piadosa estaba dividida en períodos de oración. Los judíos eran enseñados a orar desde bien pequeñitos.-
Las palabras de este discípulo no pueden ser tomadas en el sentido de que ni él ni sus compàñeros sabían orar. Este discípuloo tiene que haber observado que Cristo oraba de una manera especial. La oración de Cristo no era la mera repetición mecánica de frases memorizadas, sino el derramar del alma, en palabras espontáneas, llenas de vitalidad y adoración. Cuando Cristo oraba, realmente hablaba con Dios. había verdadera comunión con el Altísimo en su oración. Para Cristo, orar era conversar con su Padre, en el más alto sentido de la palabra. Había realidad en su oración, vida en sus palabras, comunicación en su plegaria. Esto es lo que motiva el ruego del discípulo. Este razona de la manera siguiente: Si orar es como Cristo lo hace, nosotros NO sabemos orar.-
Hoy para muchos el orar no tiene sentido. Es sólo la recitación de palabras con matíz religioso. Nada más que una estación de la liturgia del servicio del domingo. Es como hablar al aire. No hay experiencia de presencia divina. Se obligan a concebir a un Dios que no encuentran.-
Existe un paralelo entre el descubrimiento que hace este discípulo en la oración de Cristo y el que la gente hizo en la manera en que el Señor enseñaba. La gente se maravillaba de que Él enseñaba con autoridad y no como los escribas. Pero lo que los maravillaba no era que Él enseñara cosas nuevas sino el carisma de su enseñanza, la vida que las Escrituras cobraban en sus labios.-
De igual modo, no fue el acto de orar lo que motivó la petición, sino la forma. Enséñanos a orar, es el ruego a ser llevados a una nueva dimensión en la disciplina de la oración. Es el ruego a que ésta se convierta en aquello para lo que Dios la intencionó: un instrumento de Su gracia.-
La oración con que Cristo responde a la petición del discípulo no nos ha sido dada necesariamente, para que la repitamos los domingos. antes de ir a la cama, en un funeral, o para concluir una reunión de oración. No hacemos mal de usarla en esas formas, pero esa, en nuestra opinión, no fue la intención con que el Señor la dió.-
El Padre Nuestro, proporciona los lineamientos de la oración ideal. Ofrece el órden de prioridades que debe tener la oración. Enseña a vertebrar la oración para que ésta pueda cumplir su cometido. El Padre Nuestro, es una oración modelo que nos enseña lo que debe contener nuestra oración y en qué órden.-

No hay comentarios: