Hay situaciones en que el miedo nos atrapa ferozmente. ¿Qué sucederá? ¿Qué camino tomaré? ¿Qué dirán los demás? ¿Hago bien? El miedo conlleva la capacidad de desconcertar y paralizarnos. El miedo obnubila el juicio o criterio y en momentos damos crédito al rumor, a la crítica negativa o a todas las tragedias que se cometen por personas bien intencionadas pero a menudo mal informadas. Pro eso, es maravilloso que en medio de una situación caótica el Espíritu Santo pueda susurrar en tu interior: "Yo estoy contigo"
Una sola palabra desde el cielo puede disipar la niebla y ahuyentar el temor. Alguien ha dicho, que un solo pensamiento positivo puede borrar todo un ejército de pensamientos negativos. La palabra de Dios, no solamente es positiva sino que también es poderosa. El Señor nos dice que no debemos vernos amedrentados. El que pone su mano en el arado pero vuelve su vista atrás, no puede funcionar en el reino de Dios. Todo aquel que ara, tiene que fijar su vista en el terreno que tiene delante. El surco que hace el arado resulta tremendamente dificultoso si se está mirando hacia atrás. Pero mirar hacia el frente, puede resultar también difícil, sobre todo, si no se sabe todo lo que puede suceder o cómo acometerlo. Es entonces cuando el Señor dice:"Yo soy tu Dios" Es entonces cuando Su ayuda, Su fortaleza y el sostén de Su mano derecha, entran en escena. ¡Nadie puede ayudarte como Él! ¡Nadie conoce el camino, tiene las soluciones, aclara las contrariedades y da la victoria como Él! ¡Él es tu Dios y está verdaderamente contigo!
ORACIÓN:Gracias Señor porque Tú estás conmigo. Tú estás todos los días hasta el fin del mundo. Gracias porque continuamente me das nuevas fuerzas y me sostienes. En el Nombre deJesús ¡AMÉN!
Tr. V. Glez. Boto
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