viernes, 16 de mayo de 2008

"ISRAEL VERÁ A SU MESÍAS" Ulf Ekman

"Porque os digo que desde ahora no me veréis hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor"
Mateo 23.39
Antes de que abandonara Jesús esta tierra, profetizaba al pueblo. No habían comprendido quién era Él. Ahora iba a desaparecer de su vista. Él regresaba, pero no antes de que surgiera un pueblo en Jerusalén que le aclamara y dijera:"Bendito el que viene en el nombre del Señor" Esto conllevaba a que vendría un tiempo donde el corazón del pueblo judío, como nunca antes, se volvería hacia Jesús. Es ese tiempo en que Él vendrá otra vez. Él vendrá y lo hará viniendo a su propio pueblo. Su pueblo es "la niña de sus ojos". Su amor hacia ellos es eterno. Su Pacto con ellos es eternal. Él no desecha a Su pueblo. Él es su roca, su fortaleza, su apoyo, su sostén, su esperanza y su futuro.-
El tiempo sufre sus cambios. De la misma manera que no hay muchos que crean que alguna vez los judíos volverán a su tierra, tampoco se encuentran muchos que crean que aceptarán a Jesús como Mesías. Pero Pablo dice:"...¿Cuánto más éstos que son las ramas naturales, serán injertados en sus propio olivo? (Romanos 11.24) Dios tiene un amor especial hacia Su pueblo. Él ha prometido que nunca los abandonaría y tampoco lo hará. Él ha prometido sacarles de toda calamidad y Él está firme en Su propósito. aunque vengan tiempos difíciles, será como una pequeña isla en el mar de oposición y odio. Él ha prometido estar con ellos. Pero también ha dicho:"Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito" (Zacarías 12.10) ¡Israel llegará a tener al Señor (Cristo Jesús) como su Dios!
ORACIÓN: Gracias porque Tú me tomaste, aunque no era por naturaleza perteneciente al viejo olivo. Me injertaste en él y tengo el privilegio aunque de forma sencilla, rápida y natural, el proclamarte y manifestarte a tu pueblo, para que puedan bendecirte y darte la bienvenida un día. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Tr. V. Glez. Boto

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