viernes, 9 de mayo de 2008

"LA RAÍZ JUDÍA" Ulf. Ekman

" Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica sabia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a tí" Romanos 11.17-18
Todo lo que tiene vida, tiene raíz. Hoy se puede visistar Jerusalén y entrar en el Huerto de los Olivas en Getsemaní. Junto a la Iglesia de Todas la Naciones hay un olivar. Algunos de estos olivos son muy viejos, casi tienen 2000 años. Aún dan frescas olivas y por sus ramas corre la savia. Todo ésto, se debe a que las raíces est´´an vivas. Se extienden por lo profundo de la tierra y a lo largo de los tiempos....
Así es con el cuerpo de Cristo. Ves tras vez brotan nuevas ramas, nuevos brotes, nuevos retoños. De generación a generación continúa la vida. Los hombres toman contacto con Jesús, son nacidos de nuevo y son injertados en el NOBLE OLIVO. El árbol crece y lleva fruto durante el transcurso de los tiempos. Cada uno de nosotros somos una rama de este árbol viviente. ¿Pero, de dónde vienen sus raíces?
Yo encontré un hombre en Jerusalén que llegó allí buscando las raíces del cristianismo. Buscó en la vieja Iglesia Ortodoxa, pero las raíces van mucho más profundas que hasta ahí. Pasan por medio de Jesús, aquí lo indica al dirigir etas palabras y promesas a Su propio pueblo, a Israel. Es imposible comprender la revelación en Jesús , sino se cuenta y se trata de comprender a Israel como pueblo. Al apartar al pueblo de Israel, el rechazar a Israel, el rebajar o desestimar el Antiguo Tetamento es igual a cortar las raíces. Y todo árbol que es desarraigado muere. Por eso es tan importante no despreciar las raíces, sino tenerlas en alta estima. Son las raíces las que nos sostienen, nosotros no sostenemos a las raíces. Por eso no debemos jactarnos. Es una inmensa gracia el que hayamos sido injertados en el Dios de Israel.-
ORACIÓN:Dios eterno, Tú has movido toda la historia a través del pueblo que escogiste. Ayúdame a comprender tus caminos y a apreciar todo lo que tú has hecho. Gracias porque Tú me has injertado por medio de Jesucristo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Traducido V. Glez. Boto

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