martes, 19 de febrero de 2008

"LA IMPORTANCIA DE LA TERMINOLOGÍA BÍBLICA"

A la par de la importancia de la autoridad de la Palabra de Dios en el ministerio de aconsejar, está también un correcto entendimiento de los términos bíblicos.-

Consideremos solamente el término bíblico "pecado". ¿Para qué entrar en explicaciones enredadas?" objetó un joven, "No es suficiente saber que el pecado es malo, y punto?". La explicación de la palabra "pecado" no es complicada, sin embargo, la definición que se le dá, influye en lo que uno creerá acerca de la muerte de Jesús.-
-Si uno estimara que el pecado es nada más que una "imperfección o un defecto", como suelen decir algunos, el propósito de la obra de Cristo sería: perfeccionar al ser humano, quien es este caso, sería: ESENCIALMENTE BUENO.-
-Si uno creyera que el pecado es "cometer errores", como pretenden muchos, la muerte de Cristo tendría como propósito: erradicar los errores de la vida y así la persona llega a ser: IMPECABLE.-
-Si viéramos "dolor, angustia e infelicidad" como las únicas consecuencias del pecado (como pareciera que profesan muchos creyentes modernos) la obra de Cristo sería entonces para hacerme: FELIZ.-
-Si evaluáramos que el pecado primordialmente me "priva de mis deseos" (o caprichos), como parece ser la ideología de muchas personas, entonces la obra de Cristo sería para hacerme: PROSPERAR.-
-Si el impacto del pecado se viera mayormente en el daño que hace a las "relaciones interpersonales", como interpretan algunas iglesias, entonces la obra de Cristo sería nada más para: SANAR MATRIMONIOS Y PROMOVER RELACIONES INTEGRALES.-
-Si definiera el pecado como cualquier cosa que "perjudica mi autoestima" como leí en un libro, entonces la obra de Cristo tendría como fin: HACERME SENTIR MEJOR ACERCA DE MI MISMO.-
Sin embargo, creo que el pecado es "errar el blanco", (el "blanco" entendido como la absoluta justicia de Dios), que me hizo espiritualmente muerto, que soy objeto de la ira de Dios, y que estoy destinado a una eternidad de tormento. Que me hizo incapaz de poderme ayudar a mí mismo, entonces veré la obra redentora de Jesús a través de ojos diferentes.-
Admitiré que necesito un Salvador para darme un nuevo corazón; necesito una persona perfecta que no conoció pecado y que se hizo pecado por mí, para que yo fuera hecho justicias de Dios en Él.-
Es posible hacer el mismo ejercicio con otros términos bíblicos y estoy seguro de que llegará a la misma conclusión de que el correcto entendimiento de términos bíblicos es imprescindible.- J. Mirón

1 comentario:

Maricarmen dijo...

¡Bravo! me parece una reflexión y una llamada de atención necesarias.