lunes, 31 de marzo de 2008

"SANTIFICADO SEA TU NOMBRE" G. de Ávila (Capítulo 2)

"Santificado sea tu nombre". Venga tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra".-
¿Cuál es el significado de la expresión "santificado sea tu nombre" ? Santificar viene de dos palabras del latín; la primera significa santo y la segunda hacer. La combinación de ambos términos da a la palabra santificar el sentido literal de hacer santo. La palabra griega usada en el Nuevo Testamento tiene el mismo significado que en latín. Si santificar es hacer santo, y si sólo puede hacerse santo lo que carece de la cualidad de santidad, ¿cómo puede ser usado el término con relación a Dios, quien es santo en grado superlativo? ¡Santísimo! diría San Agustín. Es obvio que cuando se refiere al nombre de Dios, santificar no puede significar hacerlo santo, lo cual sería herético.-
La cuarta acepción que el Diccionario dela Real Academia Española da a la palabra santificar es "reconocer lo que es santo, honrándolo y sirviéndolo como tal". Es en este sentido en el que la palabra está usada en el Padre Nuestro.-
Santificamos el nombre de Dios cuando nos acercamos a Él con reverencia, cuando reconocemos su señorío en nuestra vida, cuando le rendimos culto. Cuando Su nombre no es usado en expresiones triviales, o exclamaciones de asombro. Su Nombre es santificado cuando no se usa como interjección.-
El mundo desconoce la santidad de Dios cuando usa Su nombre en anuncios comerciales, en títulos de películas, y en programas cómicos de televisión. Más doloroso aún es escuchar a personas, supuestamente cristianas, hacer chistes en los que el nombre de Dios, de Jesucristo, o del Espíritu Santo es usado, todo lo cual es contrario a la enseñanza en la Biblia.-
Para comprender la seriedad que tiene santificar Su nombre tenemos que poner esta parte de la oración en su marco de referencia judío. En su uso occidental, la función gramatical del nombre, es simplemente la de designar aquello que tiene existencia independiente. Es una especie de etiqueta para separar una cosa de la otra. En la cultura que utilizó Cristo, el nombre se usaba con más rigor. Se refería a la naturaleza esencial del que era nombrado. En el Antiguo Testamento tenía además, una función reveladora cuando se refería a Dios. La forma más completa de su revelación era Su nombre. Conocer Su nombre era conocerlo a Él. Por eso, el Antiguo Testamento, insiste en advertencias de no profanar el nombre de Dios. Tomar el nombre del Altísimo en vano, equivalía a la profanación de su ser esencial, pecado de graves consecuencias. Jugar con Su nombre, es jugar con Él. Referirse livianamente a Su nombre, es referirse livianamente a Dios.-
Los escribas cuando trabajaban con los pergaminos sagrados, trataban de evitar escribir el nombre de Dios, y cuando lo escribian, usaban una pluma nueva y después de escribirlo, la rompían para que no se escribiera ninguna otra palabra con ella. Tal era la reverencia con que se trataba Su nombre. En términos de la Biblia, el nombre de Dios es DIOS MISMO.-
Continúa en el próximo día

No hay comentarios: