martes, 8 de abril de 2008

"EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA" G. de Ávila (Capítulo 5) Continuación

El Padre Nuestro puede entenderse, sin hacer violencia al texto, en sentido genérico, como una inclusión de todo aquello que constituye una legítima necesidad de la manutención del hombre. "Pan" en el Padre Nuestro es comida, vestido, calzado, vivienda. Por todas estas cosas está Dios interesado. David oró diciendo:" Que nuestros hijos sean como plantas, crecidas en su juventud; nuestras hijas como esquinas labradas a manera de las de un palacio; nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; nuestros ganados que paran a millares y diez millares en nuestras plazas; que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni grito ni alarma en nuestras plazas. Bienaventurado el pueblo que tiene esto: bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová".-
Pensar que el único interés de Dios es salvar nuestras almas y llevarnos al cielo, sin interesarle en lo más mínimo lo relacionado con las necesidades temporales del hombre; es decir, un Dios interesado exclusivamente por nuestro bienestar espiritual, es crasa ignorancia del Dios de que habla la Biblia.-
En su tercera epístola Juan dice a Gayo: "Amado, yo deeo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma" Cristo dijo: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?... Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan....Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?".
El Padre Nuestro tiene la intención no sólo de enseñarnos a adorar a Dios, sino también de decirnos que podemos ir con confianza a Él para rogar por nuestras necesidades temporales, como un hijo se dirigiría a su padre. Esa es una de las razones por las que la oración empieza con las palabra PADRE.-
Al decir: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy" , estamos poniendo a Dios como nuestra fuente de provisión, y esto nos obliga a ciertas condiciones. Primero, si tenemos a Dios como nuestro recurso no podemos vivir en ansiedad y preocupados. Debemos estar ocupados, pero no preocupados. Antes de los versículos que acabamos de citar, Cristo dijo: "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? La implicación es: si la vida y el cuerpo son más importantes que el comer y el vestir, el que nos dio la vida y el cuerpo nos dará con qué sustentarla y con qué cubrirlo. El Señor Jesucristo aplica de la siguiente manera su ilustración de las aves del cielo y los lirios del campo:"No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas" Pablo dice a los Filipenses:" Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios".-
La segunda condición que aceptamos al pedir a Dios el pan nuestro de cada día es que, si Dios ha de ser quien supla nuestro pan, lo hará únicamente por medios aprobados por Él. No podemos decir que un pan conseguido por medio del engaño, del robo, de la explotación o de ganancias deshonestas sea provisto por Dios. Al pedir a Dios el pan, aceptamos ganarlo en ocupaciones y por medios que no estén condenados por la ética cristiana. Esto se aplica también a los que viven sostenidos con las ofrendas de la Iglesia. Estas no pueden ser conseguidas por medios que traigan afrenta al nombre del Señor.-
La verdadera experiencia de la fe cristiana tiene que permear cada fase de la experiencia humana. El ganar el pan de cada día es parte del culto a Dios. El Padre Nuestro no da lugar a una religión sólo de templo y liturgia. Nuestra adoración y culto al Altísimo, van unidos al pan de cada día. En el contexto de la fe cristiana el homgre no tiene dos lados. Su obrar no se divide en secular y sagrado. El cristiano adora y trabaja normado por un valor común a ambas ocupaciones.-
La común expresión: "Mi negocio y mi religión están separados" es una postura falsa cuando es asumida por un cristiano.-
Fin del capítulo 5.-

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