martes, 1 de abril de 2008

"SANTIFICADO SEA TU NOMBRE" G. de ÁVILA (Capítulo 2) Continuación

"Santificado sea tu Nombre". La oración cristiana, según es enseñada por Cristo en el Padre Nuestro, no empieza con peticiones, sino con adoración.Adorar es reconocer la santidad de Dios, su grandeza, su gloria, su amor,su veracidad. La oración pierde todo su sentido cuando no está presente este elemento de adoración. Es dándonos a Dios que recibimos de Él. Reconociéndolo, que Él se nos revela. La razón del culto cristiano es la santidad de Dios.-
El Antiguo Testamento abunda en referencias donde se reconoce la santidad de Dios. El profeta Isaías nos dice: "...vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime y sus faldas henchían el templo. Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces diciendo: Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; Toda la tierra está llena de su gloria". El salmista dice que los cielos cuentan la gloria de Dios.-
El Nuevo Testamento también proclama la santidad del Señor. En Apocalípsis leemos:"Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir... daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás... adoraban al que vive para siempre jamás y echaban sus coronas delante del trono diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas".-
El autor del Apocalípsis describe una de sus visiones del cielo con estas palabras: "Y ví otra señal en el cielo, grande y admirable.... y los que habían alcanzado la victoria....estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios y cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios Todopoderoso, justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá tu nombre? Porque tú sólo eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios son manifestados".-
Para el Cantor de Israel, aún el universo adora a Dios. En el Salmo diecinueve él dice: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos"· En el antepenúltimo aleluya del libro de los Salmos, el salmista invita a la creación a adorar a Dios: "Alabadle, sol y luna;alabadle, vosotras todas lucientes estrellas. Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos" Dios le pregunta a Job: "Dónde estabas tú...cuando alababan todas las estrellas del alba?" Es el gran privilegio del hombre dar culto a Dios. Es la invitación a una experiencia sin precedente ni paralelo.-
Pero el que la oración empiece santificando el nombre de Dios no es sólo un requerimiento de la santidad del Señor, sino también una necesidad psicológica del que se acerca a Él. Este período previo de adoración, tiene un efecto relajante en las emociones del orante que permite a éste, entrar en un estado de comunión con Dios que lo habilita para establecer el órden de prioridades correcto para que la oración sea hecha según Su voluntad y la promesa bíblica nos asegura que"si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, ÉL NOS OYE"
Fin del Capítulo 2

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