jueves, 3 de abril de 2008

"VENGA TU REINO" G. de Ávila (Capítulo 3) Continuación

A simple vista parecería que el ruego: "Venga tu reino", tuviera una intención estrictamente espiritual. Pero un examen detenido demuestra lo contrario. Orar "venga tu reino" es rogar por justicia social, pero no como lo hacen los políticos demagogos, sino como lo intenciona el amor de Dios. "Venga tu reino" es pedir que cese la guerra, es pedir que el hambre termine, que el odio y la violencia se acaben, que la dignidad humana se imponga, que la paz y el amor triunfen, y que los hombres vivan como hermanos.-
La venida de su reino traería todo eso y mucho más. Cuando oramos"venga tu reino", rogamos por un sistema que es el único capaz de alterar el curso que la humanidad enloquecida ha dado a la vida. El apóstol Pablo, en su epístola a los Romanos, dice que el reino de Dios es justicia, paz y gozo por el Espíritu Santo.-
El reino de Dios tiene tres fases: Primero en el corazón del ser humano, después en la sociedad y por último en la eternidad.- Dios tiene que reinar en el hombre primero, para poder reinar en la sociedad. Las leyes del reino tienen que gobernar primero al individuo. No puede haber una sociedad sin odios, con hombres que odian. La guerra no cesará a menos que cese en el corazón del hombre. Los hombres injustos están incapacitados para producir una sociedad justa.-
Al hombre le gusta mucho esconder su responsabilidad detrás de abstracciones como sociedad, estructura, sistema. Pero esas abstracciones no tienen existencia espontánea, son el resultado de acciones humanas, por lo tanto no pueden ser cambiadas a menos que el hombre sea cambiado. Cuando cambia el sistema, pero no cambia el hombre, es, como dice el refrán: "el mismo perro pero con diferente collar". La sociedad no determina al hombre, es el hombre el que determina la sociedad. Una sociedad nueva sólo la produce un hombre nuevo; y este hombre nuevo, sólo lo produce el que produjo el primero: Dios.-
Cuando el reino de Dios viene al corazón del hombre se da el primer paso para que ese reino se establezca en la tierra. La venida del reino de Dios será la respuesta al ruego: "Oh Señor, que cesen las guerras, que los hombres se amen, y que reine la paz".-
El Padre Nuestro no aboga por un reino de Dios oficializado en un gobierno humano. Eso nunca ha funcionado. Históricamente la experiencia ha sido un fracaso. El Padre Nuestro no habla de una religión oficial, sino de hombres que, como individuos, han tenido una experiencia de conversión. Sus valores han sido transformados y al gobernar, hacer sus negocios o criar una familia, se consideran administradores de los bienes de Dios, sin representar los intereses particulares de una institución religiosa. Dios no tiene religión, partido político, nacionalidad o raza. Esto no quiere decir que esté el Señor, necesariamente en contra de estas construcciones humanas.-
El reino de Dios no consiste en palabras sino en VIRTUD. Uno no ubica a Dios en las etiquetas sino en los valores. Su reino no es una definición jurídica o política, ni un dogma eclesiástico. La venida de su reino es una experiencia personal que se traduce en conducta. Es una experiencia individual con consecuencias sociales. Es Dios reinando en el mundo al reinar en el hombre.-
Fin del Capítulo 3.-

No hay comentarios: