jueves, 5 de junio de 2008

"BENDICIÓN SOBRE NUEVAS GENERACIONES" Ulf Ekman

"Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará. NO TEMAS. Siervo mío Jacob, y tú Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; y mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas" Isaías 44.2-4
Sin agua no se puede vivir. Sin el agua del Espíritu quedamos reducidos únicamente a la vida física. Podemos realizar nuestras rutinas, pero no alcanzamos el propósito de Dios. No es por medio de la fuerza humana o poder, sino que se realiza por medio del Espíritu de Dios.-
A menudo el cuerpo de Cristo pasa por tiempos de sequía. Así es aún en la vida natural. El verano puede ser terriblemente seco al menos en el tórrido calor del Medio Oriente. Nada se atreve a crecer. Todo se seca. La tierra suele guardar mucho la humedad para que toda la vegetación pueda sobrevivir. Pero ¡viene la lluvia! y todo recibe de nuevo la vida. Brota, crece y madura para la cosecha.-
Así es en nuestra propia vida. En ciertos períodos de nuestra vida, podemos experimentarlos como tórridos, donde se hace difícil seguir adelante o andar con el Señor. Esto puede ser por dos motivos: o bien el pecado y la apostasía tienen el cielo frenado sobre nosotros, o también puede ser, que nos encontramos en estado de sequía. Debemos saber cuál es nuestra situación y el Espíritu de Dios está ahí para mostrarnos ésto.- Es entonces que sentimos la necesidad del agua que el Señor quiere darnos: "Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida" (Apocalípsis 21.6) Él derramará agua como un torrente. Un chaparrón contiene un toque de hidratación, pero Él quiere derramar ríos de agua sobre nosotros que nos cubra. Entonces se acaba la sequía. Es saciada la sed. Entonces podemos revivir de nuevo. La mujer junto al pozo de Sicar quería agua, pero primero tuvo que regresar. Lo mismo es para nosotros hoy.-
ORACIÓN: Señor, muéstrame si hay cosas en mi vida que impiden que el agua caiga sobre mí y tu Espíritu fluya. Ayúdame para quitarlas. Ayúdame para acudir a Ti que eres mi fuente y así beber diariamente de Ti. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Tr. V. Glez. Boto

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