sábado, 7 de junio de 2008

"UNA NUBE DISIPADA" Ulf Ekman

"Acuérdate de estas cosas, Oh Jacob e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides. Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque Yo te redimí" Isaías 44.21-22
¿Alguna vez te has parado a mirar las nubes en el cielo? A veces ante nuestro asombro, uno ve que una nube apenas aparece y desaparece. Los vientos la soplan y la nube desparece. Así es con nuestros pecados ante la presencia del Señor. Cuando los confesamos Él nos perdona completamente. Algo que es aniquilado desaparece totalmente. No existe más generalmente. Y lo que desaparece Dios también se olvida: "Yo, soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados" Isaías 43.25
Cuando el "acusador" nos recuerda un antiguo pecado es fácil empezar a recordar y culparse uno mismo. Entonces uno va al Señor y le recuerda todo. En ocasiones se pide perdón cientos de veces por el mismo pecado. Lo solemos hacer cada vez que el diablo nos ataca y nos lo recuerda. Cuando entonces vamos a Dios, Él nos dice: "Yo no sé de qué me estás hablando, yo te perdoné la primera vez y tus pecados no los recuerdo más" Dios nos ve en Cristo Jesús y cuando Él te mira, te ve a través de Jesús y te ama a como ama a Jesús. Tus errores están cubiertos, aniquilados y totalmente olvidados. En su lugar Dios ve la justicia hecha en Jesús, la vida de Jesús y la presencia del Espíritu de Dios en . Él se goza sobre con júbilo. Él te ama y desea que tú le ames a Él sobre todas las cosas y a tu prójimo como a mismo.
¡No te rechaces y culpes por tus pecados que ya han sido ANIQUILADOS!
ORACIÓN: Dios, Tú eres maravilloso. Sólo Tú puedes perdonar total y completamente y has aniquilado mis pecados. Dios mío, desde lo profundo de mi corazón te lo agradezco. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Tr. V. Glez. Boto

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