miércoles, 25 de junio de 2008

"EL DIOS DE LA GRACIA" Ulf Ekman

"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres" Tito 2.11

GRACIA, una palabra maravillosa, gracia, indulto, indultado. Siente la palabra, saboréala, tómala en tu boca y díla. El ser indultado es algo maravilloso. Estaba inculpado, y lo sabía. El castigo no iba a venir sin esperarlo, de repente, o sin merecerlo. No, al contrario, yo era merecedor de ello. El conocimiento de lo horrible, inmoral e injusto en mis pensamientos y acciones me han alcanzado en el banco de las lamentaciones en que me encuentro sentado. Soy culpable y no puedo evadirme, no tengo escapatoria posible. La culpa y la vergüenza arden en el fondo de mi corazón. Pero al final del juicio, la sentencia es: ¡INDULTADO! Culpable, pero sin embargo LIBRE.
La culpa ha sido quitada. Otro la ha llevado. Del rostro severo de juez, surgen un par de ojos llenos de amor que dicen:"Tú merecías ser castigado, pero yo en mi misericordia te indulto". Así es la GRACIA de Dios. Él es rico en gracia, lleno de gracia y misericordia. Su Ser está impregnado de gracia. No gracia barata que disimula la falta o transgresión. No una gracia falsa, que no nos declara culpables, No una gracia a medias, que continúa señalándonos nuestros errores solamente, sino una gracia completa. Gracia que perdona. Gracia que olvida. Gracia que libera. Gracia que rehabilita. Gracia que está ahí, infinita GRACIA. Gracia que como sentencia es: ABSOLUCIÓN en el juicio. Gracia que llena con su propia capacidad, todas nuestras debilidades, de forma que cuando otros ven nuestras debilidades, Dios ve Su gracia que está obrando poderosamente en nuestra vida. La GRACIA vino a este mundo por medio de Jesucristo. Ahora cada año es un AÑO DE GRACIA.-
ORACIÓN: Dios, de lo profundo de mi corazón clamo: Gracias por Tú GRACIA. Gracias porque Tú me has indultado y ahora me encuentro inmerso en un mar de GRACIA. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!
Tr. V. Glez. Boto

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