Dios nos ha dado grandísimas y preciosas promesas. Por eso es muy lamentable que haya tantas personas indiferentes hacia la inmensa bondad de nuestro Padre celestial. Y tantos creyentes ingratos, que no reparan en la necesidad de añadir a la fe una vida recta.-
Dios nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad; también nos ha hecho preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegásemos a ser participantes de la naturaleza divina, porque quiere que vivamos para siempre con Él.-
El apóstol nos recuerda aquí que la fe no debe ser sólo un conocimiento teórico almacenado en la , mente sin que produzca hechos concretos. Creyendo las maravillosas promesas de Dios, tenemos que poner todo empeño y cuidado en añadir a la fe las virtudes cristianas, como corresponde a los hermanos y coherederos de Cristo.-
Muchos que han recibido nueva vida espiritual, no saben que la gracia deben usarla también para hacer morir al viejo hombre, con sus pasiones pecaminosas y malos deseos, cada día.-
Si realmente has recibido la fe, la nueva vida espiritual se manifestará en virtudes cristianas como el celo por Dios, y las obras de servicio al prójimo.-
¡Analicémonos a nosotros mismos! Veamos si hay deberes que no estamos atendiendo debidamente o pecados que no queremos abandonar.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario