miércoles, 1 de julio de 2009

"ALLÍ VIMOS LOS GIGANTES" Números 13.34

Devocional de "MANANTIALES EN EL DESIERTO"

"También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotroas, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos". Núm. 13.34

Sí, ellos vieron los gigantes, pero Caleb y Josué vieron a Dios, Los que dudan dicen, "no podemos ir adelante". Los que creen dicen: "Vamos adelante a poseerlo, porque podemos".
Los gigantes existen para las grandes dificultades y los gigantes están disfrazados por todas partes. Están entre nuestros familiares, en nuestras iglesias, en nuestra vida social, en nuestros corazones; y debemos vencerlos o de los contrario nos comerán, como dijeron estos hombres acerca de los gigantes de Canaán.
Los hombres de fe dijeron, "Son pan para nosotros; nos los comeremos". En otras palabras, "Seremos más fuertes venciéndoles, que si no hubiese habido gigantes que vencer".
Ahora, la cuestión es, que al menos que poseamos la fé que vence, seremos comidos, consumidos por los gigantes en nuestro camino. Tengamos el espíritu de fe que tuvieron estos hombres de fe, y veamos a DIos y Él se cuidará de las dificultades.- Seleccionado

Cuando estamos en el camino del deber, es cuando contramos los gigantes. Cuando Israel estaba marchando hacia adelante, fué cuando aparecieron los gigantes. Cuando volvieron al desierto no encontraron ninguno.
Prevalece la idea de que el poder de Dios en la vida del individuo le eleva sobre toda clase de pruebas y conflictos. El hecho es, que el poder de Dios siempre lleva consigo un conflicto y una lucha. Uno hubiese pensado, que en su gran viaje misionero a Roma, Pablo hubiere sido guardado por alguna poderosa providencia sobre el poder de las tormentas, de las tempestades y de sus enemigos. Pero al contrario, fué una larga y dura lucha de persecución por los judíos, de terribles tempestades, de serpientes venenosas y de luchas contra todos los poderes de la tierra y el infierno, y al fin fué salvaddo por el margen más estrecho, nadando a tierra a Malta sobre el trozo de uno de los residuos del barco naufragado, escapando milagrosamente de una muerte segura.
¿Fué aquello debido a la intervención de un Dios de poder infinito? Sí, como Él es. Y así nos dice que cuando recibió al Señor Jesucristo como la vida de sus cuerpo, inmediatamente le sobrevino un terrible conflicto. En verdad, un conflicto que nunca terminó, una presión persistente, pero de la cual siempre salió victorioso por medio del poder de Jesucristo.
El lenguaje con que describe ésto, es de los más pintoresco. "Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; abatidos mas no perecemos; llevando siempre por todas partes la muerte de Jesús en el cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos" CONTINUARÁ

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