sábado, 20 de noviembre de 2010

COMENTARIO A LAS MEDITACIONES. V. Glez.

COMENTARIO A LAS MEDITACIONES: V. Glez.
Para mí ha sido de muchísimo provecho lo que hemos visto en los capítulos que venimos leyendo diariamente sobre el Salmo 51.
Me ha sido muy esclarecedor la forma de exponer paso el paso el proceso de la salvación del pecador y su relación con Dios día a día. No siempre tenemos tan ordenado el pensamiento para dar cuenta de ello y exponerlo a otros. Dice Murray: Si has sido perdonado, es de capital importancia que entiendas que ésta es la parte principal de la verdadera experiencia espiritual” y más adelante señala tres puntos vitales o básicos a tener en cuenta para seguir gozando de esa plenitud de vida y comunión con Dios que todos deseamos. Para ello se requiere de unas pautas que no siempre las tenemos tan definidas, y por lo tanto, no están ordenadas en nuestra mente para seguirlas y estar en sobre aviso cuando las incumplimos o las descuidamos en nuestro vivir cotidiano, por lo cual nuestra vida espiritual se debilita y fallamos. Es necesario tener unas premisas claras, unas pautas por las que nuestro comportamiento discurra. Cuando nuestra mente se mueve en un “ir y venir” indisciplinado, somos el blanco fácil para cometer errores y pecados que nos abruman y debilitan en la fe, aunque pidamos perdón y lo recibamos por la misericordia de nuestro Dios.
El primer punto de Murray es:” Anda con un sentimiento del perdón de los pecados. Afírmate en la gracia que ha borrado tu culpa. Trae cada nuevo pecado, cada día a la sangre de Jesús, para que puedas ser lavado. Vive cada día en la convicción de la gracia que te permite verte en la justicia de Jesús como “más blanco que la nieve”…
El segundo punto es: “Esfuérzate con tesón por la pureza y la santidad de corazón. Deja que el ardor de tu alma cauterice toda impureza interior y pecado. Sé cuidadoso vigilando la disposición tuya impura. Recuerda que debes aborrecerla como Dios la aborrece. Enardécete ante la idea de que eres redimido para ser santo, como Dios es santo…
El tercer punto es: “Para andar en la presencia de Dios, es necesario un espíritu firme. Tiene que haber no un deseo flácido o medio muerto de tener la bendición, sino una resolución firme y un propósito del corazón, y la decisión de una voluntad fuerte. Sí, mientras estés unido al perdón y al deseo ardiente de pureza de corazón, decide en la fuerza de Dios no descansar hasta que hayas experimentado la bendición de permanecer siempre en el gozo de la secreta presencia de Dios.
Es verdad que en nuestra fuerza no conseguimos nada ni nos viene nada de parte Dios por lo que nosotros hagamos sino por la misericordia divina que nos hace partícipes de Su fortaleza para poder permanecer firmes en las resoluciones que debemos tomar para sostenernos en santidad y pureza delante de Él. Pero requiere de nuestra parte, que tomemos una postura firme y sostenida, no dubitativa o flácida porque si no, no salimos del punto de partida y nuestro crecimiento se hace imposible. Este tercer punto, nos lleva a replantearnos nuestra vida cotidiana partiendo de las premisas que en este orden expuesto debemos considerar y ajustar delante de Dios cada uno si vivimos bajo el perdón de Dios realmente. Si hemos dado el primer paso y si hay en nosotros el deseo ardiente de pureza de corazón, esto nos llevará indiscutiblemente a buscar en el poder de Dios el gozar de la experiencia de vivir en el gozo secreto de la presencia de Dios.
Es el gozo de Su presencia en nosotros que nos induce a conocer la Verdad y seguirla. A buscar en su Palabra su Voluntad y ejecutarla y poder decir que nuestro deleite es el Señor siempre.

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