martes, 2 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 2 DE NOVIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
SALMO XIII
Continuación…
Pero no basta. Es posible que uno tenga un conocimiento casi perfecto de la Palabra de Dios y con todo, perderse. Y cuando tenemos una clara comprensión del camino de la verdad de Dios, corremos el riesgo de contentarnos con el. Cuando uno que es indiferente empieza en serio a procurarse conocimientos en la maravillosa redención de Dios, este conocimiento, a veces, le proporciona un gran gozo. Cuando empieza a obtener un concepto claro del plan de la redención de Cristo, de su expiación, de la justicia de Dios, del nuevo nacimiento, ve en ello una adecuación y gloria que le llena de aprecio y contento. Pero, entonces corre el riesgo de quedarse aquí. Ve una gran diferencia en sí mismo, comparándose con el tiempo en que era indiferente o ignorante. Ha ocurrido en él un cambio, y con todo no ha obtenido un conocimiento espiritual interno, por experiencia, de la redención. Cuando un alma ansiosa busca entender el camino de la gracia, como aquí a través de este Salmo, es de gran importancia que sienta profundamente su dependencia de Dios; que en cada versículo y en cada palabra levante la oración: “Guíame en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salvación”, y continuamente use, por ejemplo, las oraciones de los Salmos 25 y 119, para obtener una instrucción divina del Espíritu en esta sabiduría secreta. Si tú anhelas obtener la salvación, recuerda que uno puede ocuparse en las verdades divinas y a pesar de ello perderse. Quizás alguien crea que esta afirmación basta para desanimarle. Sería así si no pudiéramos decir la oración: “En lo secreto me has hecho comprender sabiduría” Dios da la sabiduría. Esta es nuestra sola garantía, y la única respuesta que podemos dar a la pregunta de cómo sabemos que tenemos un conocimiento espiritual recto de la gracia. El Señor puede asegurarnos, y nos asegurará de esto. La conversión no es una obra que debas hacer y puedas luego mirar atrás y decir: “Está bien hecha” No, la esencia íntima de la conversión y la fe consiste en acudir a Dios y entregarse a Dios, y recibir de Dios, el Dios viviente, la gracia obrada por Él y ser lavado y purificado del pecado por Él. Y precisamente en este punto hay en la vida religiosa de muchos lo defectuoso, no saben que el principal elemento de la gracia, es que debemos ponernos en contacto con el Dios vivo y experimentar el poder del Todopoderoso.
La verdadera religión es algo espiritual y divino. Toda la obra, del principio al final, es una obra maravillosa del Dios santo en el alma. El primer deseo de gracia, de sabiduría espiritual, el sentimiento creciente de pecado, la fe en la sangre de Jesús, la renovación del Santo Espíritu –todo es obra de Dios en el alma. Que esto sea algo deseado sinceramente y con fervor. Si buscas andar en el camino de la gracia, siguiendo las pisadas de David en este Salmo, ve a Dios en cada uno de sus versículos, y en cada experiencia en que te sientas perplejo, échate en los brazos de Dios y pídele que cumpla en ti, paso a paso, y palabra por palabra, la promesa: “En lo secreto me has hecho comprender sabiduría”.-

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