domingo, 7 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 7 DE NOVIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
CAPÍTULO XV
Continuación….
Por tanto, todos debemos orar: “Lávame, y seré más blanco que la nieve”. Dios no nos ha prometido nada menos que esto.
Nada menos que esto puede darnos plena paz. Con todo, cuantos hay que están buscando el fundamento de la paz con Dios en sus propias actividades, esfuerzos y experiencias. Pero, no pueden hallar una paz plena y estable, la paz que da Jesús y que sobrepasa todo entendimiento. Sólo cuando decimos por fe: “Seré limpio”, “Seré más blanco que la nieve”, sabemos lo que significa decir: “Bienaventurado aquel a quien es perdonada su transgresión y cubierto su pecado” Salmo 32.1 y lo que significa cantar:”Bendice alma mía a Jehová…quien perdona todas tus iniquidades” Salmo 103.1,3. Entonces la conciencia inquieta obtiene la paz, la paz completa, incluso ante Dios y el pecado, en vista de la ley y de la maldición, en vista de la muerte y del juicio, porque la sangre de Jesús nos hace “más blancos que la nieve”. El alma se regocija con un gozo que es “indecible y lleno de gloria”.
Nada menos que esto debe ser tu deseo. Lo que te pido que hagas es que pongas aparte todas tus oraciones todos tus pensamientos sobre lo que Dios ha de hacer por ti y aprendas a orar como el Espíritu Santo enseñó a David:”Lávame y quedaré más blanco que la nieve”. Pon estas palabras en tus labios; ponlas en tu corazón, pronúncialas continuamente delante de Dios en oración; haz de ellas tu continua aspiración. Entonces podrás obtener una bendición más rica que la que tus oraciones te han traído durante años. Estas palabras serán una preparación para la alegría del canto de la redención que puede ya ser cantado aquí en la tierra: “Al que nos amó, y nos liberó de nuestros pecados con su sangre e hizo de nosotros reyes y sacerdotes para Dios su Padre; a Él ser la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén” Apocalipsis 1.5-6.
Recibe esta bendición ahora por fe. En Cristo se te ofrece esta gracia. Cree que por medio de Él esta bienaventuranza está preparada para ti. Cree en Él y no sólo pedirás con confianza sino que creerás firmemente que Dios lo está haciendo: Él me lava y yo soy más blanco que la nieve. Acércate pues a Él y toma esta bendición de Su mano.-


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