martes, 30 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 29 DE NOVIEMBRE:
MEDITACIÓN DEL SALMO 51 por Andrew Murray
SALMO XXV
Continuación…
Sí, con David, has ofrecido esta oración pidiendo gracia y has esperado que haya gracia para ti, pon atención cuidadosamente a lo que el Santo Espíritu quiere enseñarte. El designio de la gracia es hacerte un testigo del amor de Dios y al mismo tiempo un monumento de su maravillosa bondad. Entrégate a este propósito y plan de Dios y di en su fortaleza cuando ores:”Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos” (v. 13ª).
No te imagines, sin embargo, que Dios requiere esto de ti como una deuda que debes pagarle en recompensa de tu redención. No, si te entregas a esta obra en la fuerza de la gracia, será tu mayor gozo el decir: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos” Cuando pienses en el abismo del cual has sido rescatado y en la gloriosa salvación que ha pasado a ser tuya; cuando veas la profunda miseria en que otros yacen todavía, y que la gracia preciosa de Dios es también para ellos, poderosa y preparada para redimirlos, como tú lo has sido, tu corazón se sentirá lleno de compasión por los pecadores y considerarás como una bendición el poder ejercer el privilegio de hablar a otros de Jesús. Cuando reflexiones en lo que el amor de Jesús ha hecho por ti, este amor te inspirará; y tantas veces como ores: “Ten piedad de mí, oh Dios, para que luego enseñe a los transgresores tus caminos”, se despertará en ti el deseo que los otros, alejados del Salvador, puedan conocerle, como tú le has conocido. Siempre tienes la seguridad de que sólo entonces serán verdaderamente felices, y lo que es más, ellos también glorificarán al Señor. Porque, sientes bien, mejor de lo que puedes expresarlo con palabras, cuán digno es Él de ser conocido y glorificado. El mero pensamiento de que algunas personas ahora mundanas y “transgresoras” pueden ser cambiadas en ejemplos de la gracia de Dios, y que tú puedes ayudar a ello con tu testimonio y oración, es suficiente para hacer estallar tu corazón de gozo. Y esto no te parecerá imposible si miras a Aquel que te ha mostrado favor y amor a ti y a otros y que condesciende en aceptar tu servicio a favor de ellos.
Pero, sé, muy bien que hay otras ideas que te turban. Piensas en lo inadecuado que eres para la tarea y te preguntas si estarás nunca en la posición de enseñar a los transgresores los caminos de Dios. El gozo y alegría de la redención casi desaparecen al ver lo que consideras este grande y serio deber. Observa, se es así, que esta promesa surge de una oración: la oración pidiendo gracia. David sólo dice que si Dios le muestra favor, le restaura el gozo de su salvación, y le afianza con el espíritu libre, entonces enseñará a los transgresores sus caminos. El Señor no requiere de ti más de lo que Él mismo te capacita para realizar. No olvides que para el que ha visto su corazón lleno de gracia, es una fuente de placer y gozo el hacer conocer a otros a Jesús. El que consideremos que hablar de Jesús a otros, es desagradable, se debe sólo a que nos contentamos con tan poco de la gracia de Dios que no nos llena.- Continúa…

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