martes, 16 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN SALMO 51 -A. Murray

MEDITACIONES DIARIAS 16 DE NOVIEMBRE:
CAPÍTULO XX
“Y renueva un espíritu recto dentro de mí” (v. 10b)
Cuando Dios crea un corazón limpio en una persona, esta persona nace de nuevo. Es en verdad una nueva criatura. Ha recibido la nueva vida, el amor de Dios.
No basta sin embargo, que uno reciba la nueva vida. Debe crecer y hacerse fuerte. Un niñito débil es realmente una criatura humana viva, y sin embargo hay que cuidarle mucho, alimentarle y dirigirle hasta que llega a la estatura de una persona adulta normal. Un niño débil puede estar de pie y correr, pero debe robustecerse y aumentar en vitalidad.
Y esto es lo que David pide. Desea no sólo la nueva vida con el corazón limpio, sino un espíritu recto, o sea, un espíritu firme. La nueva vida y la pureza de corazón son débiles y tiernas al principio. Hay que hacer mucho para que puedan crecer. La creación de Dios no se completó en un día; lo mismo la creación de un corazón limpio, requiere tiempo antes que esté concluida y el hombre entre en el Día de descanso, su descanso divino. Y a causa de que en la nueva creación, después que Dios ha implantado el primer principio de vida, el hombre debe cooperar voluntariamente con Dios, también es necesario que, con un espíritu firme, se someta al Señor y a Su obra. El comienzo de la nueva creación no depende de un espíritu firme, pero el progreso sí depende. De esta firmeza depende también el grado de gloria con el cual la nueva creación es llevada a su cumplimiento.
Al separar las dos oraciones se puede incurrir en grave pérdida. Están íntimamente unidas. El que se contenta con pensar que ha recibido un nuevo corazón y no se esfuerza con un espíritu firme y una voluntad resuelta a guardar lo que ha recibido, y no se esfuerza por aumentar lo que Dios le ha dado, pronto lamentará la pérdida de gozo del corazón limpio. Por otra parte, el que obra y ruega por un espíritu firme, conocerá la gloria de la pureza del corazón y el esplendor de la nueva creación, la certeza plena del poder del nacimiento celestial. Debemos también pedir a Dios que nos dé un espíritu firme. Firme es lo opuesto a débil, incierto, cambiable, variable. Lo que está firme no puede ser movido o derribado. Debemos pedir a Dios este espíritu. Al mismo tiempo debemos observar en qué maneras Dios obra para darnos esta bendición.
Esta es la primera cosa que notamos:”La fe es un fundamento firme” El que está firme no puede ser conmovido. Por tanto leemos del justo: “Su corazón está seguro, no temerá” Salmo 112.8, y por tanto Pedro usa la frase “firmes en la fe” 1ª Pedro 5.9, y Pablo escribe:”si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio” Colosense 1.23. En hebreo la palabra “creer” viene de una palabra que significa “estar firme, seguro”; y la palabra “creer” significa exactamente “continuar firme”. Puesto que Dios mismo es una roca firme, el fundamento de toda certidumbre y firmeza, debe ser por fe o aferrados a Dios que podemos permanecer firmes. Si quieres saber lo que pides a Dios cuando ruegas por un espíritu firme, esta es la respuesta: cuanto más te adhieres a Dios y te entregas a su Palabra y consejo, más firme estarás. Y si quieres saber cómo te dará Dios el espíritu firme, esta es la respuesta: por la Palabra.- Continúa….

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